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Multidisciplinary Units

Our different clinical services constitute the basis around which the healthcare activity at MD Anderson Cancer Center Madrid – Hospiten is organized.
One of the distinguishing characteristics of MD Anderson Madrid – Hospiten is the multidisciplinary character of the medical team. The more than 150 specialists making up our center are part ofMultidisciplinary Units specializing in each type of tumor, in which their work is coordinated to develop personalized treatments for each patient.
This means that any single case has the benefit of the joint vision of surgeons, medical oncologists, radiation oncologists, pathologists and radiologists who work closely together and contribute their knowledge and experience to make the treatment a success.
Furthermore, there is a solid, continuous relationship between the professionals at MD Anderson Madrid – Hospiten and those at MD Anderson in Houston, sharing protocols for the more complex cases in clinical sessions. This multidisciplinary approach to cancer allows a team of specialists to work together to ensure the best possible treatment for each patient.

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Hereditary Cancer Genetic Counseling Unit


When cancer at a young age appears and it isn’t the first case in the family, it could be a hereditary cancer.

Knowing exactly what the situation is, will help you to take action in time.

Dos clases de personas acuden a nuestra consulta de consejo genético. Unas están sanas, pero preocupadas por la abundancia de casos de cáncer en su familia mientras otras padecen o han padecido cáncer y temen transmitir a sus hijos la propensión a sufrir la misma enfermedad. Todas ellas nos formulan la misma pregunta: “¿el cáncer se hereda?”. Y, lo más importante, todas desean hacer algo al respecto.

Como siempre sucede en Medicina, la respuesta no es tan sencilla como un sí o un no. La genética del cáncer está en pleno desarrollo y no pasa un mes sin que surjan estudios que nos enseñen algo nuevo. Gracias a años de investigación, podemos entender la conexión entre la genética y el cáncer, trasladar ese conocimiento a las consultas del día a día, estudiar la genética de nuestros pacientes y, desde luego, hacer mucho para ayudarlos.

Para empezar a desenmarañar el asunto, digamos que podemos distinguir tres clases de familias en cuanto a la predisposición hereditaria a padecer el cáncer, porque el peso de la herencia no es el mismo en todos los casos. 

En el primer grupo de familias, no existe en realidad ninguna predisposición  hereditaria a padecer cáncer, a pesar de la abundancia de casos en la familia. Hay muchas razones que pueden explicar que el cáncer sea frecuente sin recurrir a la genética y una de ellas es el mero azar. En efecto, el cáncer es una enfermedad muy común, nada más y nada menos que la segunda causa de muerte en España. Para que las estadísticas se cumplan, nos hemos de “repartir” esos cientos de miles de casos de cáncer entre todos y, por simple y pura casualidad, a unas familias “les tocarán” más casos, y a otras, menos. Pero hay otras razones por las que los casos de cáncer se acumulan o parecen hacerlo en determinadas familias. Al fin y al cabo, los parientes cercanos no sólo comparten genes, también aspectos importantes de estilo de vida como la alimentación, el consumo de alcohol o tabaco, el lugar de residencia o las medidas de protección al tomar el sol. Una familia con muchos miembros, con tendencia a la longevidad o con buenos lazos que permitan estar al tanto de los problemas de salud de los parientes, incluso lejanos, pueden ofrecer una falsa apariencia de abundancia de cáncer.

En segundo lugar, están las familias en las que existe una predisposición hereditaria al cáncer más allá de toda duda. Hay muchas pistas que nos permiten sospechar que estamos ante uno de esos casos en los que el cáncer se debe a la presencia de una alteración genética heredada; sin embargo, la confirmación definitiva depende de que consigamos identificar una mutación en alguno de los genes que ya se sabe que aumentan las probabilidades de padecer un cáncer.

Aproximadamente, uno de cada diez casos de cáncer está favorecido por una mutación genética que se ha heredado de uno de los progenitores y que se puede transmitir a los hijos. Hasta hace relativamente poco, sólo conocíamos un puñado de genes relacionados con unas pocas variedades de cáncer. Pero los conocimientos relativos a la genética del cáncer han evolucionado rápidamente y hoy día ya manejamos cientos de mutaciones en docenas de genes en relación a una variedad creciente de tipos de cáncer que incluye los de mama, ovario, intestino, leucemias, linfomas, piel, estómago, hígado, sarcomas del hueso y de los tejidos blandos, cerebro, glándulas endocrinas, vejiga urinaria, próstata y páncreas.

El tercer grupo de familias es cada vez más frecuente, resulta el más complicado de analizar y es también el más interesante. Se trata de aquellos grupos familiares en los que identificamos las “pistas” que nos llevan a sospechar la existencia de mutaciones cancerígenas, pero en los que todos los genes conocidos no están alterados. Estos casos podrían tratarse, desde luego, de un raro efecto del azar. 

Al fin y al cabo, si uno lanza la moneda al aire el suficiente número de veces, acabará cayendo de canto tarde o temprano. También podría suceder que la mutación afectara a algún gen cuya relación con el cáncer esté aún por descubrir. Sin embargo, lo más probable es que se trate de la combinación de docenas o cientos de pequeños cambios genéticos, demasiado insignificantes cada uno de ellos como para llamar la atención por sí solo, pero capaces de combinarse entre sí y de asociarse con factores ambientales de una manera peculiar para dar lugar a la “tormenta perfecta” de la predisposición al cáncer. 

Esta clase de familias nos preocupa particularmente. En primer lugar, porque acuden cada vez más a nuestra consulta de consejo genético y, en segundo lugar, porque rara vez se les ofrece una solución práctica que satisfaga su necesidad de atención. 


Muchas de las personas que se acercan a nuestra consulta no lo hacen preocupadas por sí mismas, sino por sus hijos. Suele tratarse de pacientes de cáncer que, preocupados por la alta incidencia de otros casos en su familia, temen transmitir la enfermedad como una herencia.

La predisposición al cáncer se hereda como cualquier otro rasgo. De la misma manera que no todos los hijos heredarán el color de los ojos del padre o de la madre, así sucede también con el cáncer. Las células humanas contienen unos 30.000 genes distintos. Cada persona dispone de dos copias de cada uno de esos genes en sus células: una proviene de su madre y la otra del padre. A la hora de procrear, transmitimos a la descendencia una copia de cada pareja de genes que, junto con la copia aportada por el otro progenitor, conformarán el genoma completo y único que define al nuevo ser humano.

La inmensa mayoría de las mutaciones cancerígenas heredadas de nacimiento afectan a uno sólo de los genes de cada par, y es el azar el que determina si transmitimos la copia mutada o la copia sana a cada uno de nuestros hijos. Así, es perfectamente posible, ante la existencia de una mutación cancerígena en el padre o en la madre, que un hermano la herede y esté, por tanto, predispuesto a la aparición del cáncer, mientras que otro de sus hijos reciba dos copias sanas del material genético y no tenga más riesgo de contraer cáncer en el futuro que la población general. Es por eso que el dibujo de la predisposición genética al cáncer de una familia no está completo sin el estudio de todos sus miembros. 

Forma parte de nuestro trabajo asesorar a nuestros pacientes sobre el riesgo de transmitir a la descendencia las mutaciones que hayamos diagnosticado y discernir, cuando hay hijos, cuáles han heredado las mutaciones y deben ser vigilados en el futuro. 

 


Quizá el concepto erróneo más común respecto a la herencia del cáncer es que es inmutable, que nada puede hacerse al respecto y que si uno ha heredado una de esas mutaciones, el cáncer aparecerá de todos modos. Esta visión lleva a muchos miembros de las familias afectadas a preferir no estudiarse, a ‘no querer saber’ para evitar preocupaciones.

Si bien es cierto que, al menos de momento, no podemos ‘reparar’ un gen que se ha heredado mutado, sí que podemos hacer mucho para evitar sus consecuencias y permitir que los portadores disfruten de vidas normales tanto en cuanto a su calidad  como a su longevidad. Son tres las formas fundamentales en las que ayudamos a nuestros pacientes en la Unidad Multidisciplinar de Consejo Genético y Cáncer Hereditario. Vincular

1. La primera es diagnosticando a aquellos miembros de la familia que no han heredado la mutación, que tienen un riesgo similar al que dicta el azar en la población general, que no necesitan tratamiento alguno y que no han de seguir más recomendaciones respecto a la prevención y diagnóstico precoz del cáncer que el común de los mortales. Si bien es cierto que el diagnóstico de un riesgo genético de cáncer conlleva una carga psicológica, es igualmente cierto que la exclusión de ese mismo riesgo significa quitarse de encima ese peso. En realidad, la mayoría de las pruebas genéticas que realizamos muestran que la agregación del cáncer en la familia no es consecuencia de la herencia, sino fruto de la casualidad. En nuestra consulta de riesgo familiar del cáncer se escuchan muchos más suspiros de alivio que lamentos. 

2. En segundo lugar, podemos hacer muchas cosas para evitar que el cáncer llegue jamás a aparecer, incluso en las personas con mutaciones cancerígenas hereditarias. En bastantes ocasiones se trata de medidas simples. Por ejemplo, muchos cánceres de colon surgen sobre pólipos benignos que se malignizan progresivamente, y lo mismo sucede con muchos melanomas, implantados sobre lesiones oscuras benignas de la piel. En casos así, basta con mantener una vigilancia estrecha de las lesiones premalignas para ir eliminándolas según aparecen, evitando así por completo el desarrollo del cáncer. Algunos tratamientos hormonales son también capaces de reducir el peligro de aparición de tumores malignos en órganos como la glándula mamaria o los ovarios. En otros casos, recomendamos medidas más drásticas, como extirpar los órganos que están en peligro severo de desarrollar cáncer. Los ovarios dejan de cumplir función alguna una vez se acerca la menopausia y hoy día se pueden extirpar de forma sencilla mediante laparoscopia, sin cicatrices y con apenas un día de ingreso.

Un caso especial es el de las mamas en mujeres con mutaciones en los genes BRCA u otros descubiertos más recientemente. Estas pacientes viven con un riesgo tan alto de desarrollar cáncer que la extirpación profiláctica de ambas mamas es una medida justificable. Puede parecer una actuación extrema, pero, en realidad, la cirugía necesaria es muy semejante a la que se realizan miles de mujeres cada año para aumentar el tamaño de sus pechos por motivos estéticos, tan solo eliminando el tejido glandular antes de insertar las prótesis.

Como siempre, todas las posibilidades de cirugía preventiva se realizan en nuestro propio centro, sin necesidad de recurrir a especialistas externos y bajo la coordinación de la Unidad Multidisciplinar de Consejo Genético y Cáncer Hereditario. Tampoco olvidamos aspectos estéticos que son cruciales para la aceptación de la cirugía y la autopercepción de la salud. Y es que muchas de nuestras pacientes que optan por la mastectomía profiláctica aprovechan la oportunidad para mejorar su aspecto alzando los pechos o ajustando el volumen.

3. En tercer lugar, gran parte de la actividad de nuestra Unidad consiste en medidas de diagnóstico precoz. En realidad, prácticamente no existe ninguna clase de cáncer que no se pueda extirpar y curar si se diagnostica a tiempo, generalmente mediante técnicas de cirugía mínimamente invasiva. La historia familiar y el estudio genético de las mutaciones nos proporcionan una información preciosa para prever qué clase de tumores podría acabar padeciendo una persona, de manera que somos capaces de diseñar programas de seguimiento y diagnóstico precoz a medida de cada familia y de cada caso. 

Hoy en día son multitud los métodos de diagnóstico precoz del cáncer y en MD Anderson Cancer Center Madrid – Hospiten disponemos de todos ellos. En aras de la eficacia y de la comodidad, todos los programas de diagnóstico precoz se centralizan en la Unidad Multidisciplinar de Consejo Genético y Cáncer Hereditario, de manera que nuestros pacientes sólo tengan que acudir a una única consulta para la solicitud de todas sus pruebas y la recogida de todos sus resultados, sin importar cuántos y cuáles sean los órganos y tejidos que estén siendo sometidos a vigilancia. 

Cuando, de esta manera, diagnosticamos precozmente un nuevo cáncer en alguno de nuestros pacientes con propensión hereditaria, nosotros lo tomamos como la mejor de las noticias. Casi siempre, el diagnóstico se ha efectuado en la fase de desarrollo más precoz posible y sabemos muy bien que, de no haber sido por el diagnóstico genético, la enfermedad se habría desarrollado silenciosamente y se hubiera diagnosticado de todas formas, pero mucho más tarde y con menos probabilidades de curación.

Antes nos referimos a esas familias cada vez más comunes, genéticamente huérfanas en las que la incidencia de cáncer es claramente excesiva, pero en las que somos incapaces de encontrar una mutación concreta que las justifique y que nos permita discernir qué miembros de la familia están en riesgo y cuáles no. 

En nuestro centro nos tomamos muy en serio a estas familias que siempre tienen dificultades para encontrar quien se haga cargo de ellas. A pesar de la ausencia de mutaciones, diseñamos también programas de seguimiento y de diagnóstico precoz a medida de cada caso, teniendo en cuenta los tumores prevalentes en su familia y la edad a la que han hecho su aparición en casos anteriores. Todas estas familias quedan registradas en nuestra base de datos de modo que podamos ofrecerles nuevas posibilidades de diagnóstico en el supuesto de que se descubra la existencia de nuevas mutaciones que pudieran explicar su caso.


Medical statistics show that between 5% and 10% of cancers are hereditary in origin. Fortunately, the disease itself is not passed down through generations, but the risk of developing it is, which means there is no certainty of developing cancer in all cases.

Identifying families with possibly hereditary cancers is key to helping all their members to slow down the disease. The first goal is to create a preventive barrier against cancer. Secondly, in the case the disease has started to develop, the aim is to detect it early on, thus substantially improving the chances and methods of a cure.

The role of Genetic Counseling.
The Genetic Counseling Unit at MD Anderson Cancer Center Madrid – Hospiten provides specialized care for families with hereditary or familial  cancer. The aim of the unit is:

  1. To identify families at risk of suffering hereditary cancer.
  2. To carry out genetic screening to assess individual risk for each family member.
  3. Reliable, clear, easy-to-understand information with personalized assessment for each patient to facilitate taking the most suitable preventive or therapeutic measures.

Molecular and genetic diagnostic tests are key to identifying cases of familial cancer.

Since 2010, MD Anderson Cancer Center Madrid – Hospiten has been carrying out these tests at their own laboratory directed by an outstanding specialist team.

The laboratory is equipped with state-of-the-art technology, which includes high performance sequencing platforms.

In addition, due to the particular complexity of some clinical cases, the laboratory at MD Anderson Cancer Center Madrid – Hospiten has designed exclusive, individualized tests that have been optimized especially for the center.


The Genetic Counseling Unit is comprised of professionals from all the fields involved in this work: oncology, gynecology, pathology, molecular biology, surgery and so on, providing an integral service.

  • Personalized assessment with a consultant specialist and a full explanation of the results. The patient is given a complete detailed report in clear, easy-to-understand language.
  • The waiting period for results – around three weeks.
  • Solutions without wasting time. Once the results have been received, a protocol to monitor the patient is set up along with personalized check-ups or preventive surgery may be planned depending on the degree of risk for each patient.

En MD Anderson Cancer Center Madrid – Hospiten hemos puesto en marcha el servicio de videoconsulta para su Unidad de Consejo Genético en Cáncer Hereditario. Liderada por el doctor Ricardo Cubedo, responsable de sarcomas y cáncer hereditario del Servicio de Oncología Médica del centro, el objetivo es que la experiencia de consulta por videollamada sea exactamente igual a la de la consulta presencial.

Para lograrlo, MD Anderson Madrid – Hospiten ha creado una plataforma específica que permite integrar la videoconsulta con los módulos de historia clínica y las agendas del sistema informático.

En el caso del cáncer hereditario la principal ventaja de la videoconsulta es que ofrece la posibilidad de poder reunir en la misma consulta a varios familiares que viven en lugares distintos de España o del extranjero, a los que les resultaría muy difícil coincidir físicamente.

Unas citas que, además, cada vez tienen una demanda mayor. La población es cada vez más consciente de que la herencia determina su probabilidad de padecer cáncer y, en una época en la que la sociedad se encuentra muy preocupada por la salud y está dispuesta a hacer esfuerzos notables en cuanto a la dieta, el ejercicio o el estilo de vida, resulta frustrante considerar que hay una parte importante que está fuera de nuestro control.

Por eso, parte del trabajo de un especialista al frente de una Unidad de Consejo Genético en Cáncer Hereditario es ayudar a la población que acude preocupada a la consulta a que recobre cierto control sobre las condiciones genéticas con las que ha nacido y que le van a acompañar durante toda la vida.

Para programar una videoconsulta puede realizar una cita online o llamar al teléfono 912 77 72 20