El diagnóstico de un tumor en el páncreas puede ser difícil. Los síntomas no siempre son evidentes y normalmente aparecen de forma gradual. A menudo se requieren varias pruebas médicas para establecer el diagnóstico y para determinar si se ha diseminado más allá del páncreas.
Entre las pruebas diagnósticas del cáncer páncreas figuran:
Tomografía computarizada (TC): la TC es la prueba principal que se utiliza para definir el estadio del cáncer de páncreas, lo que determina si puede extirparse quirúrgicamente un tumor. Con un aparato de rayos X especial, esta prueba proporciona imágenes tridimensionales detalladas del organismo y ayuda a determinar si se ha diseminado el tumor.
La ecografía se realiza colocando una sonda en la superficie del abdomen. Esta sonda genera ondas sonoras que forman una imagen del interior del organismo que aparece en la pantalla de un ordenador. La ecografía ayuda a determinar el tamaño del páncreas y posiblemente la presencia de un tumor pancreático.
La ecografía endoscópica (ECOE) conlleva el uso de un endoscopio especial equipado con una sonda de ultrasonidos y una pequeña aguja en el extremo. El endoscopio se introduce en el organismo por la boca y el esófago hasta la primera porción del intestino delgado. Puede introducirse instrumental quirúrgico, como pinzas de biopsia o cepillos, a través del endoscopio con el fin de recoger muestras de tejido para análisis adicionales (biopsia).
La colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE) es un procedimiento que se utiliza para visualizar los conductos que transportan la bilis desde el hígado a la vesícula biliar y desde ésta al intestino delgado. Se introduce un endoscopio por la boca, el esófago y el estómago hasta la primera parte del intestino delgado. Después se introduce un catéter (un tubo de menor tamaño) a través del endoscopio hasta los conductos pancreáticos. Se inyecta un colorante a través del catéter y se obtiene una radiografía. Cuando los conductos resultan obstruidos por un tumor, puede introducirse un tubo fino, o endoprótesis, en el conducto para desobstruirlo. La endoprótesis puede dejarse colocada para mantener el conducto abierto.
Análisis de sangre: en la actualidad, ningún análisis de sangre aislado puede establecer el diagnóstico de cáncer de páncreas. En algunos análisis de sangre, denominados marcadores tumorales, se miden las concentraciones de proteínas producidas por las células cancerosas. Entre los marcadores tumorales conocidos del cáncer de páncreas destacan el antígeno hidrocarbonado 19-9 (CA19-9) y el antígeno carcinoembrionario (CEA). Aunque estos análisis pueden resultar útiles cuando se sospecha cáncer de páncreas y para vigilar el cáncer, no son un método eficaz de cribado. Los análisis de sangre también pueden evaluar la función del hígado y otros órganos que pueden verse afectados por un tumor pancreático.
La resonancia magnética (RM) emplea un campo magnético y pulsos de energía de ondas de radio para obtener imágenes del interior del cuerpo. La zona del cuerpo a estudiar se coloca en el interior de una máquina especial con un potente imán. En algunos casos se utiliza un medio de contraste, o colorante, durante la RM para obtener imágenes más claras de órganos y estructuras.
La tomografía por emisión de positrones (PET) utiliza un tipo especial de escáner y una forma de azúcar que contiene un átomo radiactivo. Este azúcar se inyecta en una vena y el aparato rota alrededor del cuerpo y registra el azúcar a medida que se desplaza por el organismo y se acumula en los órganos. Las células cancerosas son más brillantes en las imágenes porque absorben más azúcar que las células normales.
Una biopsia es la extirpación de una muestra de tejido para que la vea al microscopio un médico con formación especial para detectar signos de cáncer. Hay varias formas de realizar una biopsia en relación con el cáncer de páncreas.
Aspiración con aguja fina (AAF) guiada por TC: la TC ayuda al médico a localizar el tumory guiar una pequeña aguja a través de la piel y el abdomen hasta el páncreas para obtener una muestra de tejido.
AAF con ecografía endoscópica: se introduce un endoscopio especial equipado con una sonda de ultrasonidos y una pequeña aguja en su extremo por la boca hasta el esófago y la primera porción del intestino delgado. El médico realiza después una ecografía y utiliza la aguja para obtener una muestra de los tejidos que parezcan anormales.
Laparoscopia: este procedimiento se realiza en el quirófano con anestesia general. Se guía un tubo delgado con luz a través de una pequeña incisión (de 1,25 cm) en el abdomen que permite al cirujano visualizar directamente el páncreas y determinar si se ha diseminado el tumor. También pueden obtenerse muestras de tejido a través del endoscopio.
La laparoscopia no se realiza para diagnosticar un cáncer de páncreas, pero puede utilizarse para buscar pruebas de que el cáncer se ha diseminado a otros órganos, como intestino, hígado, ganglios linfáticos y estómago.
Estadificación del cáncer de páncreas
La estadificación es el proceso de describir la extensión de la enfermedad en el momento del diagnóstico. Es fundamental para elegir un método de tratamiento y evaluar el pronóstico(desenlace). La estadificación del cáncer se basa en el tamaño del tumor, la localización y si se ha diseminado a otras partes del cuerpo.
Estadio 0: el cáncer se encuentra solo en el revestimiento del páncreas. El estadio 0 también se denomina carcinoma in situ.
Estadio I: el cáncer se ha formado y se encuentra únicamente en el páncreas. El estadio I se divide en estadio IA y IB, en función del tamaño del tumor.
- Estadio IA: el tumor mide 2 cm o menos
- Estadio IB: el tumor es mayor de 2 cm
Estadio II: el cáncer puede haberse diseminado a los tejidos y órganos próximos, así como a los ganglios linfáticos próximos al páncreas. El estadio II se divide en estadio IIA y IIB, en función de los lugares de diseminación del cáncer.
- Estadio IIA: el cáncer se ha diseminado a tejidos y órganos próximos, pero no a los ganglios linfáticos próximos
- Estadio IIB: el cáncer se ha diseminado a los ganglios linfáticos próximos y puede haberse diseminado a tejidos y órganos próximos
Estadio III: el cáncer se ha diseminado a los vasos sanguíneos principales cerca del páncreas y puede haberse diseminado a los ganglios linfáticos próximos.
Estadio IV: el cáncer puede tener cualquier tamaño y se ha diseminado a órganos distantes, como hígado, pulmón y cavidad peritoneal. También puede haberse diseminado a órganos y tejidos próximos al páncreas o a los ganglios linfáticos.