Factores de riesgo
El mayor riesgo de padecer todos los tipos de cáncer de piel deriva de las quemaduras solares. Las personas de piel clara y las que tienden a quemarse con facilidad corren un mayor riesgo.
Otros factores de riesgo son:
Edad. Cuanto más tiempo está expuesta al sol la piel de una persona a lo largo del tiempo, mayor es el riesgo de presentar un cáncer de piel.
Aspecto. Las personas de pelo rubio o pelirrojo, de piel clara, con pecas y de ojos azules o claros corren un mayor riesgo de padecer cáncer de piel.
El melanoma es muy raro en la población negra u oriental siendo predominante, cuando se da, en zonas poco pigmentadas como las palmas y plantas y su pronóstico es peor.
Sin embargo, las personas de piel más oscura y las que se broncean con facilidad también pueden padecer cáncer de piel, así como sufrir otros efectos a largo plazo de la exposición a la luz ultravioleta, como sequedad de piel y envejecimiento prematuro.
Clima. Las personas que viven en climas soleados tienen un mayor riesgo de cáncer de piel.
Geografía. Las personas que viven en estados meridionales corren un mayor riesgo.
Antecedentes familiares. Los antecedentes familiares de cáncer de piel, especialmente de melanoma, aumentan el riesgo.
Antecedentes personales. Una persona que padece un cáncer de piel corre el riesgo de presentar de nuevo el mismo cáncer en el mismo sitio o de tener un nuevo cáncer de piel en otra parte.
Empleo. El hecho de trabajar con alquitrán, compuestos de arsénico, creosota, resina y aceite de parafina aumenta el riesgo de padecer cáncer de piel.
Lesiones anteriores. Las personas con piel lesionada, como una cicatriz o quemadura importante, pueden correr un mayor riesgo de presentar cáncer de piel en esa región.
Queratosis actínica. Enfermedad precancerosa caracterizada por placas gruesas y descamadas de piel. También puede aparecer en forma de grietas o descamación en el labio inferior que no curan con bálsamos labiales.
Prevención del cáncer de piel
La principal forma de evitar el cáncer de piel consiste en protegerse de la radiación ultravioleta del sol. Existen varias formas de hacerlo. Entre ellas, las siguientes:
Quédese en casa o evite la exposición solar innecesaria, especialmente entre las 12 de la mañana y las 4 de la tarde, cuando es más intensa la radiación solar. Cuando esté al aire libre, recuerde que, cuanto más corta sea su sombra, más perjudiciales son los rayos solares.
Use filtros solares con un factor de protección solar (FPS) de 15 o más, dependiendo del tipo de piel. El FPS solo mide la protección de un filtro solar frente a los rayos UVB, por lo que debe solicitar filtros solares que protejan frente a los rayos UVA y UVB.
Aplique un filtro solar como parte de su rutina diaria. Hágalo generosamente para lograr la máxima protección, especialmente en las partes del cuerpo que se pasan por alto fácilmente (es decir, labios, parte superior de las orejas, cabeza, parte posterior del cuello y manos y pies). Algunas cremas hidratantes y bases de maquillaje incluyen filtros solares.
Aplique el filtro solar 30 minutos antes de exponerse al sol.
Si está sudando o en el agua, deberá repetir la aplicación del filtro solar más a menudo, con independencia de las instrucciones incluidas en el envase.
Utilice ropa protectora (por ejemplo, sombrero de ala ancha, camisas de manga larga y pantalones largos y gafas de sol con protección ultravioleta).
Manténgase a la sombra y evite las superficies reflectantes, como agua, arena, nieve y hormigón. Puede quemarse a partir de la exposición indirecta al sol.
Tenga cuidado de los días nublados. También puede quemarse.
No utilice lámparas solares ni cabinas de bronceado. No existe el “bronceado seguro”.
Recomendaciones de cribado del MD Anderson Madrid – Hospiten
Enseñe inmediatamente a su médico cualquier:
- Zona cutánea sospechosa
- Herida que no cicatrice
- Cambio en un lunar o peca
Modo de realizar una autoexploración de la piel
El momento más adecuado para efectuar una autoexploración de la piel es después de la ducha o el baño. Examínese la piel en una habitación bien iluminada utilizando un espejo de cuerpo entero y un espejo de mano.
Empiece por saber dónde tiene marcas de nacimiento, lunares, manchas y pecas, así como son su aspecto y su sensación habituales. Compruebe la aparición de elementos nuevos, especialmente cambios de tamaño, forma, textura o color. Observe asimismo cualquier zona de descamación, picor, hemorragia, hipersensibilidad o dolor.
- Mírese la parte anterior y posterior del cuerpo en el espejo, levante luego los brazos y mírese los lados izquierdo y derecho.
- Doble los codos y examine cuidadosamente las uñas, las palmas, los antebrazos (incluidas las partes inferiores) y los brazos.
- Examínese las partes posteriores, anteriores y laterales de las piernas. Mire también entre las nalgas y alrededor de la zona genital.
- Siéntese y examínese minuciosamente los pies, incluidas las uñas, las plantas y los espacios entre los dedos de los pies.
Al examinar la piel con regularidad, se familiarizará con lo que es normal en su caso. Puede ser útil que anote las fechas de las exploraciones cutáneas y que tome notas sobre el aspecto de la piel. Si observa algo fuera de lo normal, consulte inmediatamente a su médico.