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Lesiones por exposición solar: Prevención del cáncer de piel


En España se producen 50.000 nuevos casos de cáncer de piel cada año. En la mayoría de los casos, el cáncer de piel, está causado por una exposición solar excesiva.

Las personas de tez blanca y con pecas o que se queman fácilmente al sol tienen un mayor riesgo de padecer  cáncer de piel. Pero esta enfermedad puede afectar a personas de cualquier color de piel, por lo que deben tomarse precauciones para proteger la piel de los rayos solares.

La mayoría de los cánceres de piel pueden curarse, pero hay una forma - el melanoma maligno - que es mucho más grave. El número de personas con melanoma ha aumentado en más del 100% desde 1973.

Afortunadamente, el cáncer de piel es uno de los tumores más fáciles de prevenir y detectar. Siga estos consejos para prevenir el cáncer de piel. Y no olvide vigilar sus lunares e inspeccionar su piel regularmente en busca de manchas o bultos raros. Consulte a su médico inmediatamente si observa algún cambio o bulto extraño en la piel.

Elija el filtro solar con sensatez: elija uno que le proteja de los rayos UV-A y UV-B. Los rayos UV-B provocan quemaduras solares, pero los UV-A aumentan además el riesgo de cáncer de piel.

Utilice un FPS 30 como mínimo: la abreviatura FPS significa factor de protección solar. Tenga en cuenta que la protección proporcionada por un FPS no aumenta de forma proporcional al número indicado. Un FPS 30 absorbe cerca del 97% de los rayos solares que causan quemaduras, mientras que un FPS 45 absorbe alrededor del 98%. Ningún filtro solar ni FPS le protegerán completamente del sol.

Aplíquese el filtro solar generosamente: aplíquese unos 30 ml de filtro solar (el tamaño aproximado de una pelota de ping-pong) en todas las partes del cuerpo expuestas al sol. No olvide las orejas, los pies y la parte posterior del cuello. La piel puede tardar hasta 30 minutos en absorber el filtro solar, por lo que deberá aplicárselo unos 30 minutos antes de la exposición.

No olvide repetir la aplicación: cuando esté al aire libre, vuelva a aplicarse el filtro solar cada dos horas, o con mayor frecuencia si se baña o suda. Incluso los filtros solares resistentes al agua pierden su eficacia debido a la humedad, la sudoración, la natación o una aplicación desigual.

Utilice un bálsamo labial: aplíquese un bálsamo labial con un FPS 30 o superior y repita la aplicación cada dos horas.

Utilice gafas de sol con protección UV: elija unas gafas de sol envolventes que absorban al menos el 99% de la radiación UV para proteger los ojos y la piel de su alrededor.

Utilice un sombrero de ala ancha: el ala ancha le protegerá la cara, el cuello, las orejas y el pecho del sol. Utilice un sombrero de tejido tupido para que los rayos solares no puedan atravesarlo. Si no tiene sombrero, lleve un parasol de tejido grueso y de color oscuro.

Utilice ropa con protección solar: los rayos solares pueden provocar quemaduras aunque lleve ropa. Utilice bañadores, camisas, pantalones cortos y chaquetas con un factor de protección ultravioleta (FPU) de 50. Si no encuentra ropa con FPU, use tejidos tupidos y de colores oscuros.

Utilice ropa que le cubra más la piel: las mallas, los vestidos largos, las blusas de tipo túnica, las bufandas y los trajes de baño de una pieza protegerán mejor su cuerpo contra los rayos solares UV-A y UV-B.

Busque la sombra entre las 10:00 y las 16:00 horas: en estas horas del día los rayos ultravioletas del sol suelen ser más fuertes. Si tiene que salir durante este periodo, procure ir por la sombra.

Prepare un equipo de viaje para protegerse del sol: prepare un equipo de viaje con todos los elementos que necesita para mantener a su familia a salvo del sol, por ejemplo, filtro solar con FPS 30 o mayor, bálsamo labial con FPS 15 o mayor, sombrero, camisa de manga larga y gafas de sol con protección UV. ¡No salga de casa sin él!

Nunca exponga a los bebés a la luz solar directa: protéjalos con ropa protectora cuando salgan durante el día. No deben aplicarse filtros solares a los lactantes menores de seis meses.

No utilice camas de bronceado: no existe un bronceado sano. Las camas de bronceado le exponen a la misma radiación ultravioleta (UV) que el sol y se han vinculado a la aparición de cáncer de piel. Las personas que utilizan camas de bronceado tienen muchas más probabilidades de padecer un melanoma que las demás. Si quiere oscurecerse la piel, pruebe productos de autobronceado seguros.

Recuerde que la piel sin protección puede dañarse en tan solo 15 minutos. Así que no olvide tomar precauciones para proteger la piel antes de exponerse al sol.