La hipófisis es una glándula pequeña del tamaño de un guisante que se encuentra ubicada en la base del cerebro. Actúa como el "centro de mando" del organismo, de modo que produce hormonas que regulan el crecimiento y el metabolismo, así como las acciones de otras glándulas, entre ellas, tiroides, suprarrenales y gónadas (ovarios en las mujeres y testículos en los varones).
Los tumores que se originan en las células de la hipófisis también se denominan adenomas hipofisarios. Casi siempre son benignos, pero pueden tener efectos secundarios importantes cuando producen cantidades excesivas de hormonas o crecen lo bastante como para afectar a la función hipofisaria normal o interferir en las estructuras circundantes, sobre todo los nervios ópticos, que son responsables de la visión.
Tipos de tumores hipofisarios
Los tumores hipofisarios pueden dividirse en dos categorías generales:
Tumores no funcionales
Los tumores no funcionales no producen hormonas. En general, los síntomas tienen que ver con el crecimiento del tumor y sus efectos sobre las estructuras adyacentes, como el nervio óptico y otros pares craneales. Los tumores no funcionales también pueden interferir en la producción normal de hormonas de la hipófisis.
Tumores funcionales
Los tumores funcionales son los que producen cantidades excesivas de hormonas específicas, cada uno de ellos con su propio conjunto de síntomas.
Tipos de tumores funcionales
Tirotropina (TSH): los tumores que producen una cantidad excesiva de esta hormona hacen que el tiroides libere cantidades excesivas de tiroxina, lo que puede provocar hipertiroidismo (tiroides hiperactivo), aunque los tumores hipofisarios son una causa rara de esta enfermedad.
Prolactina: la prolactina estimula el crecimiento de las mamas y la producción de leche en las mujeres. Un tumor hipofisario que produce cantidades excesivas de esta hormona se denomina prolactinoma. Los síntomas en las mujeres consisten en secreción lechosa por los pezones, menstruaciones irregulares o ausencia de menstruación.
Hormona de crecimiento (GH): la GH regula el crecimiento lineal de los niños y ejerce diversos efectos sobre el metabolismo del organismo. Los tumores que producen cantidades excesivas de GH ocasionan acromegalia en los adultos y gigantismo en los niños.
Corticotropina (ACTH): esta hormona estimula las glándulas suprarrenales para producir cortisol, que interviene en la respuesta del organismo al estrés y ayuda a regular la presión arterial y la función del corazón, entre otras responsabilidades. Una producción excesiva de ACTH da lugar a la enfermedad de Cushing.
Carcinoma hipofisario: en casos excepcionales, un tumor hipofisario se torna maligno y metastatiza (se disemina) a otras partes del cuerpo. En la mayoría de los casos, los carcinomas hipofisarios producen hormonas, sobre todo prolactina y ACTH. Los síntomas serían parecidos a los debidos a tumores productores de estas hormonas, pero también podrían incluir síntomas secundarios al crecimiento del tumor que afecta a zonas adyacentes, como el nervio óptico.
Entre los síntomas de tumores hipofisarios figuran:
- Pérdida de peso
- Nerviosismo
- Latido cardíaco rápido o irregular
Los síntomas en los varones incluyen:
- Disfunción eréctil o impotencia
- Infertilidad
- Caída del vello corporal
- Reducción del apetito sexual
- Rara vez, mayor crecimiento de las mamas (ginecomastia)
Los síntomas de la acromegalia comprenden:
- Aumento de tamaño gradual de las manos, los pies, la mandíbula o la frente
- Rasgos faciales toscos, como piel engrosada y crecimiento de nariz o labios
- Problemas cardíacos
- Hipertensión arterial
- Transpiración excesiva
Los síntomas de la enfermedad de Cushing comprenden:
- Cara de "luna llena" redondeada
- Aumento de peso, sobre todo en el tronco y el abdomen
- Adelgazamiento de la piel
- Marcas de estiramiento de color rojo o púrpura
- Diabetes
- Hipertensión arterial
Síntomas de los tumores hipofisarios
Los síntomas específicos dependen del tipo de hormona secretada por el tumor hipofisario. Los síntomas derivados del tamaño del tumor pueden consistir en dolor de cabeza, visión doble y pérdida de visión por atrapamiento de los nervios ópticos.