Sensación desagradable provocada por la estimulación de las terminaciones sensitivas. Es un síntoma fundamental de la inflamación y resulta muy valioso para el diagnóstico de muchos trastornos y enfermedades.
El dolor puede ser leve o grave, crónico o agudo, sordo o intenso, de localización precisa o difusa.
Para su detección es importante tener en cuenta la percepción del paciente mediante comunicación verbal o no verbal como podría ser la expresión facial, gemidos, llantos o intranquilidad, variaciones en la tensión arterial y en la frecuencia cardiaca, dilatación de las pupilas etc.
El dolor puede ser crónico, cuando su aparición es prácticamente constante y tiene una evolución larga en el tiempo o puede ser agudo cuando éste aparece de forma repentina e intensa.
Para el tratamiento del dolor existen diferentes fármacos escalonados entre si
según su intensidad y graduación. Dependiendo de la tolerancia a los mismos y del tipo de dolor se administrarán unos u otros.