Entre el 4 y el 8% de todos los cánceres se atribuyen a la obesidad; una enfermedad crónica que constituye un factor de riesgo para 13 tipos de cáncer según la Organización Mundial de la Salud (OMS)1: mama (especialmente postmenopausia), endometrio, ovario, tiroides, esófago, estómago, colon y recto, hígado, vesícula biliar, páncreas, riñón, meningioma y mieloma múltiple. Por sexos, el cáncer más frecuentemente relacionado con la obesidad en el varón es el colorrectal (54%), mientras que en la mujer lo son el de mama (33%) y endometrio (31%). El exceso de grasa corporal aumenta un 17 % el riesgo de mortalidad específica por cáncer.
La prevalencia de cáncer en un análisis de 1000 estudios que engloba a más de 640 millones de pacientes con obesidad estableció una prevalencia de cáncer del 14.9% en mujeres y 10.8% en varones2, y cómo 4.5 millones de muertes están directamente relacionadas con obesidad y cáncer. También evidenció el efecto preventivo de la pérdida de peso en el riesgo de cáncer. De hecho, la obesidad es la tercera causa prevenible de cáncer después del tabaco y el alcohol3
La obesidad no sólo se asocia directamente con un mayor riesgo de cáncer, sino también con un peor pronóstico, con peores resultados y peor recuperación que en los sujetos con normopeso. Las muertes por cáncer atribuibles a la obesidad son del 20% en mujeres y del 14% en hombres4.
Parece que existen múltiples factores en esta relación, como son los factores hormonales (estrógenos, insulina), la inflamación crónica (citoquinas inflamatorias), desorden de adopòkinas, disbiosis intestinal, entre otros (molecular)
Existen datos que ponen de relevancia que la pérdida de peso consigue reducir el riesgo de cáncer asociado con la obesidad. Por ejemplo, los pacientes intervenidos mediante cirugía bariátrica, en comparación con pacientes no operados reducían el riesgo de desarrollar cáncer en un 32% a los 10 años de seguimiento, y la incidencia de mortalidad acumulada en este tiempo se reducía en un 48%, y éste beneficio era mayor cuanto mayor era la pérdida de peso5. También se ha visto un efecto protector en los pacientes con obesidad que utilizan tratamientos con análogos del GLP-1 para perder peso, con una incidencia de cáncer similar a la encontrada en pacientes sometidos a cirugía bariátrica, y con un efecto protector si la comparación se hacía con pacientes no operados que no utilizaron aGLP-1 (reducción del 33% del riesgo)6 . Este papel potencial protector de los aGLP-1 sobre el cáncer se ha documentado pacientes diabéticos tratados con aGLP1 en comparación con pacientes tratados con insulina, en los que tras 13 años de seguimiento se evidenció una reducción del riesgo en 10 de los 13 tipos de cáncer relacionados con la obesidad 7.
Por tanto, parece claro que perder peso es una medida clara preventiva y que el tratamiento prolongado con aGLP-1 se asocia con una reducción en el riesgo de sufrir cáncer asociado con la obesidad. Este efecto de los aGLP-1 podría estar mediado de forma indirecta por la pérdida de peso, como por efectos directos, inmunológicos y moleculares8,9.
1. Pati S, Irfan W, Jameel A, Ahmed S, Shahid RK. Obesity and Cancer: A Current Overview of Epidemiology, Pathogenesis, Outcomes, and Management. Cancers (Basel). 2023 Jan 12;15(2):485. doi: 10.3390/cancers15020485. PMID: 36672434; PMCID: PMC9857053
2. N Engl J Med 2016; 375:794-798 DOI: 10.1056/NEJMsr1606602
https://www.nejm.org/doi/10.1056/NEJMsr1606602
3. Lancet. 2022 Aug 20;400(10352):563-591. doi: 10.1016/S0140-6736(22)01438-6.
4. New England Journal of Medicine 2003;348:1625-1638. https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/nejmoa021423
5. JAMA. 2022 Jun 28;327(24):2423-2433.
doi: 10.1001/jama.2022.9009.
6. eClinicalMedicine 2025;83: 103213 Published Online 11 May 2025 https://doi.org/10. 1016/j.eclinm.2025. 103213
7. JAMA Netw Open. 2024 Jul 5;7(7):e2421305. doi: 10.1001/jamanetworkopen.2024.21305
8. Front Med. 2024 Dec;18(6):945-968. doi: 10.1007/s11684-024-1094-2.
9. Cancer Drug Resist2024;7:49.10.20517/cdr.2024.116|