Algunos tratamientos de quimioterapia pueden producir lesiones en el sistema nervioso periférico, formado por todos los nervios ubicados fuera del cerebro y la médula espinal. Este proceso se denomina neuropatía periférica, que suele causar hormigueo, quemazón, debilidad o entumecimiento en las manos o los pies.
Otros síntomas de neuropatía periférica son:
- Pérdida de equilibrio
- Torpeza
- Dificultad para levantar objetos y abrochar prendas de ropa
- Problemas para caminar
- Dolor mandibular
- Pérdida de audición
- Dolor de estómago
- Estreñimiento
Si tiene uno o varios de estos síntomas, informe a su médico inmediatamente. Hay fármacos que pueden corregir la neuropatía periférica y la fisioterapia puede ayudarle a mantener una función normal.
Neuropatía periférica
¿Qué es la neuropatía periférica?
El término “neuropatía periférica” describe una lesión de nervios periféricos. Un nervio periférico es aquél que está ubicado fuera del cerebro y la médula espinal. El sistema nervioso periférico está formado por tres divisiones diferentes:
- División sensitiva: proporciona la capacidad de notar sensaciones normales y diferentes temperaturas y de experimentar dolor
- División motora: proporciona movimiento y mantenimiento de la fuerza muscular y la coordinación
- División autónoma: responsable de actividades involuntarias específicas, como control de la frecuencia cardíaca, presión arterial, transpiración y actividad intestinal
La neuropatía periférica puede afectar a cualquiera de estas tres divisiones o a todas ellas. Toda lesión de la función nerviosa no es necesariamente permanente, ya que los nervios periféricos pueden curarse. Sin embargo, a medida que se curan los nervios pueden aumentar los síntomas.
¿Cuáles son los signos y síntomas de neuropatía periférica?
La neuropatía periférica asociada a la quimioterapia es más frecuente en los pies y las manos. Los síntomas pueden desaparecer con el tiempo una vez que se interrumpe el tratamiento.
Sensibilidad Los síntomas habituales consisten en: sensaciones de entumecimiento, hormigueo, picor, escozor, pinchazos, congelación, punción, calambres o dolor.
Puede disminuir la capacidad de notar calor o frío.
A veces, las actividades cotidianas pueden causar dolor, como caminar, ponerse los zapatos o tener tapados los pies.
Puede notar una pérdida de sensibilidad, o entumecimiento, en los pies al caminar.
Debilidad y pérdida de equilibrio Es posible que note una pérdida de equilibrio y que tenga una pérdida de coordinación al caminar, por lo que quizá choque los pies o se tropiece mientras camina.
Puede aumentar el riesgo de caídas.
Es posible que no perciba una lesión en las piernas o los brazos. Cuando las lesiones no se detectan precozmente, pueden dar lugar a infecciones graves.
Es posible que tenga dificultades para abrocharse la camisa o abrir un tarro.
¿Cuáles son las causas de la neuropatía periférica?
La neuropatía periférica es un posible efecto secundario de algunos tratamientos contra el cáncer, como quimioterapias que constan de alcaloides de la vinca, taxanos y compuestos de platino, así como otros fármacos. Otras causas de neuropatía periférica son exposiciones a ciertas toxinas, diabetes, cáncer, alcoholismo, nefropatía, hepatopatía, carencias vitamínicas, sida, hipotiroidismo, artritis reumatoide, aterosclerosis (endurecimiento de las arterias), síndrome del túnel carpiano y adquisición de una forma hereditaria de neuropatía.
Si ya tiene neuropatía periférica, la quimioterapia puede empeorar los síntomas.
¿Qué hago si tengo síntomas de neuropatía periférica?
Informe a su médico. La neuropatía periférica puede ser reversible. El tratamiento de la neuropatía periférica depende de su causa. Pregunte a su médico si resulta oportuno consultar a un neurólogo o un especialista en el tratamiento del dolor neuropático. Hay medicamentos que se utilizan para controlar el dolor relacionado con los nervios. En caso de que los síntomas dificulten la marcha, solicite que le envíen a un fisioterapeuta o terapeuta ocupacional, ya que determinados ejercicios incrementan la resistencia y ayudan a mantener un funcionamiento normal.
La seguridad es una consideración importante en las personas con neuropatía periférica debida a pérdida de sensibilidad y alteración de la fuerza o el control muscular.
Siga estos útiles consejos de seguridad:
Examínese los pies y la piel todos los días para detectar cortes o hematomas.
Cuídese los pies. Use calcetines de algodón sueltos y zapatos protectores con un buen soporte, acolchados y con tacones bajos.
Retire las colchas pesadas de los pies para evitar el dolor.
Tenga mucho cuidado al caminar sobre superficies irregulares para evitar caídas. Retire los obstáculos de los pasillos, así como las alfombras y alargadores.
Tenga espacios bien iluminados para evitar tropiezos o caídas (deje una luz por la noche).
Ajuste la temperatura del calefactor de agua para evitar quemaduras. Compruebe el agua del baño o lavado con el codo en lugar de con los dedos para obtener una indicación más exacta de la temperatura.
Utilice guantes protectores cuando lave los platos. Use agarradores para recipientes calientes o manoplas para manejar platos calientes o templados cuando cocine.
Evite los movimientos repentinos. Tómese su tiempo al levantarse desde la posición de tumbado o sentado.
Utilice las barandillas para apoyarse cuando suba y baje escaleras.
Considere el uso de un bastón si se nota inestable cuando está de pie.
Evite reclinarse sobre los codos, cruzar las piernas y las actividades repetitivas de las manos y las muñecas.
Si padece diabetes, mantenga un buen control de la enfermedad.
Evite el consumo excesivo de alcohol.
Considere consumir una alimentación rica en antioxidantes (frutas y verduras de colores brillantes).