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  • La técnica PIPAC permite una mayor capacidad de penetración de la quimioterapia en los tejidos y menos efectos adversos frente a la quimioterapia sistémica convencional y la quimioterapia administrada por la técnica HIPEC
  • Aunque actualmente PIPAC solo está indicada en pacientes oncológicos con metástasis peritoneales que no son candidatos a cirugía curativa, se está investigando la opción de utilizar PIPAC para reducir el volumen de enfermedad
  •  MD Anderson Cancer Center Madrid – Hospiten es el único centro hospitalario que ofrece esta novedosa técnica en Madrid y uno de los tres que lo realiza en nuestro país

 

 La administración de quimioterapia aerosolizada por vía intraperitoneal (PIPAC) ofrece nuevas opciones terapéuticas a los pacientes con carcinomatosis peritoneal, es decir, con metástasis en el peritoneo, que no son candidatos a tratamiento quirúrgico con intención curativa. “La quimioterapia sistémica por vía intravenosa es el tratamiento estándar en estos pacientes con cáncer avanzado a los que no se les puede extirpar toda la enfermedad por su elevado volumen”, señala la doctora Gloria Ortega, del Servicio de Oncología Quirúrgica de MD Anderson Madrid – Hospiten. “El problema es que los pacientes en tratamiento con quimioterapia sistémica empiezan a tener muchas complicaciones derivadas de este tratamiento”, continúa esta especialista, que señala PIPAC como una terapia que, utilizada siempre en combinación con la quimioterapia sistémica, “permite controlar la enfermedad con menos efectos adversos”.

Frente a la quimioterapia sistémica administrada por vía intravenosa (IV) y la quimioterapia líquida administrada a alta temperatura por vía intraperitoneal (HIPEC), una técnica muy utilizada hoy día también para el tratamiento de las metástasis peritoneales, la doctora Ortega subraya que “PIPAC tiene una mayor capacidad de penetración en los tejidos y menos efectos adversos, ya que se emplea una dosis menor de quimioterapia”. Además, mientras que PIPAC se administra siempre por vía laparoscópica, HIPEC se administra la mayoría de las veces por vía laparotómica, es decir, por cirugía abierta.

“La ventaja principal de PIPAC es que permite espaciar los tiempos de administración de la quimioterapia sistémica”, incide la doctora Ortega, que señala la posibilidad de administrar un ciclo de PIPAC seguido de dos ciclos de quimioterapia sistémica, otro de PIPAC, dos de quimioterapia sistémica…de forma que el paciente lograría

cierto descanso terapéutico y reduciría al mismo tiempo los efectos secundarios del tratamiento. Además, al realizarse el tratamiento en ciclos, es posible hacer biopsias de las lesiones del peritoneo tras cada uno de estos ciclos, lo que permite, como señala esta especialista, “ver en vivo si el tratamiento está ofreciendo respuestas”. De hecho, apunta la doctora Ortega, dados los buenos resultados que está ofreciendo la técnica, “el siguiente paso podría ser intentar rescatar para cirugía a estos pacientes que responden al tratamiento, si bien esta indicación en neoadyuvancia se plantea a más largo plazo”.

De momento, los pacientes en los que está indicada esta técnica son fundamentalmente pacientes con cáncer gástrico que tienen metástasis peritoneales y que no son candidatos ni a cirugía ni a HIPEC y las pacientes con cáncer de ovario resistente al tratamiento con platino que no son candidatas tampoco a una cirugía. Aunque se utiliza en cáncer de colon y otros tumores con metástasis en el peritoneo, actualmente el cáncer gástrico, seguido del cáncer de ovario, son las patologías en las que más se utiliza esta técnica.

 

Un procedimiento sencillo con una duración de menos de una hora

Una vez colocado el instrumental para proceder a la técnica de laparoscopia, se administra la quimioterapia y se deja actuar durante treinta minutos, si bien ya existe bastante investigación en un nuevo sistema de PIPAC, la ePIPAC, que obtendría los mismos resultados en solo dos o tres minutos. “La PIPAC electrostática o ePIPAC favorece que las gotas aerosolizadas de quimioterapia se precipiten y, de esta forma, el tiempo necesario de actuación de la quimioterapia se reduce”, explica la doctora Ortega.

Además, también se está estudiando la posibilidad de administrar esta quimioterapia aerosolizada a altas temperaturas, tal y como se hace en HIPEC, en vez de a una temperatura normal de 37 grados centígrados, tal y como se hace actualmente. Pero tanto la PIPAC hipertérmica, la hPIPAC, como la HINAT, que utiliza partículas todavía más pequeñas de quimioterapia, son posibles avances en PIPAC que todavía están dando sus primeros pasos. “Todo esto se está investigando todavía, pero sí es cierto que PIPAC está resultando un campo impresionante de investigación y posibilidades”, señala la especialista.