Madrid, 25 de noviembre de 2021.- El diagnóstico y el tratamiento del cáncer afecta a la calidad de vida de los pacientes oncológicos, tanto a nivel físico, como emocional. Esto también incluye su sexualidad, por lo que contar con especialistas en esta área puede ser de gran ayuda a la hora de afrontar efectos secundarios derivados de los tratamientos como el cambio en la imagen corporal, el descenso en los niveles hormonales o la pérdida del deseo sexual afirma la Dra. María Fernández Chereguini, del Servicio de Ginecología Oncológica de MD Anderson Cancer Center Madrid – Hospiten.
Según esta especialista, las relaciones sexuales tienen efectos beneficiosos para los pacientes con cáncer, que pueden contrarrestar efectos secundarios derivados de la enfermedad. “El sexo conlleva muchos beneficios para la salud de todos, y lo mismo ocurre con pacientes que están en tratamiento contra el cáncer”, apunta, a la vez que asegura que proporciona una mayor sensación de bienestar a través de las endorfinas, unas sustancias químicas que son segregadas por el cerebro y el sistema nervioso central, y que al ser liberadas se extienden por todo el organismo a través de la sangre, generando sensación de bienestar, placer, euforia y felicidad.
Además, “las relaciones sexuales ayudan a controlar el dolor por su efecto analgésico, y permiten un mejor descanso nocturno, lo que va a ayudar a que el paciente se recupere mejor”, detalla la Dra. Fernández Chereguini.
En los pacientes oncológicos, los tratamientos quirúrgicos y la quimioterapia, así como la radioterapia y la hormonoterapia, pueden provocar efectos secundarios como cansancio, caída del cabello, problemas en la boca, la lengua y la garganta como úlceras (llagas) y dolor al tragar, además de cambios de peso, menor capacidad de concentración, cambios
en el estado de ánimo y la función sexual. Además, en el caso de las mujeres y según explica la doctora, “se puede producir una disminución o fallo del funcionamiento de los ovarios y con ello una menopausia precoz, lo que conlleva un descenso más o menos brusco de los niveles hormonales, con efectos negativos a nivel de salud vaginal (mayor sequedad, pérdida de trofismo vaginal o menor lubricación); a nivel corporal (cambios en la silueta, con pérdida de la firmeza de los tejidos o aumento de peso), y efectos a nivel emocional que pueden contribuir a la pérdida de libido o deseo sexual”.
En el caso de la cirugía, las mujeres pueden presentar cambios corporales como la presencia de cicatrices, tanto abdominales como en las mamas en el caso de las mastectomías, que también pueden causar problemas que afecten a su vida sexual. “La dificultad de alcanzar el orgasmo, la percepción distorsionada del cuerpo y la sensación de sentirse mutiladas, son algunos de estos problemas”, explica la ginecóloga.
Por ello, la atención psicológica puede ser de gran ayuda para mejorar la comunicación con la familia, los amigos y el equipo médico. Si bien es cierto que en un primer momento la paciente puede rechazar este apoyo, “conforme va pasando el tiempo va asimilando y aceptando lo que le está ocurriendo, lo cual depende mucho del pronóstico de la enfermedad y del tipo de personalidad de cada mujer. El apoyo de su pareja, familia, equipo médico o los especialistas en sexualidad pueden ser de gran ayuda en esos momentos”, asegura.
Impacto emocional
Y es que la sexualidad de las pacientes con cáncer no solo se ve alterada por los efectos secundarios de los tratamientos, sino que el propio diagnóstico genera un impacto emocional muy significativo en la persona afectada y en su entorno. “Cuando una paciente es diagnosticada de cáncer surgen muchas inquietudes respecto a cómo va a cambiar su vida en el plano personal, laboral, familiar y de pareja. En este punto, es importante que se busque el apoyo de la pareja, pues su cariño, apoyo y proximidad física y emocional son muy importantes y necesarios”, explica la doctora.
Por parte del equipo médico, tras establecerse el diagnóstico es importante que la paciente se sienta acompañada y que se aclaren todas sus dudas. Así, si bien al principio su preocupación se centra en el tratamiento y en las tasas de curación, a medida que pasa el tiempo, otras consideraciones, como la sexualidad, toman más protagonismo.
“Por ello debemos informar detalladamente a la paciente de los cambios que pueden llevarse a cabo a nivel físico y psicológico, además de las opciones de tratamiento, y de esta forma estará preparada para identificarlos y tratarlos”, sostiene la experta, y añade que “la demora en el abordaje de este asunto hace que muchos problemas se cronifiquen y sea más difícil su manejo posterior”.