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Madrid, 5 de marzo de 2024. El número de cánceres diagnosticados en nuestro país durante el año 2024 alcanzará los 286.664 casos, lo que supone un incremento del 2,6% respecto a 2023, según laSociedad Española de Oncología Médica(SEOM)1. Un diagnóstico que no solo supone un importante impacto a nivel emocional para los pacientes, sino también para su entorno. Miedo, incertidumbre, rabia o tristeza son emociones que forman parte del proceso y que varían su intensidad a lo largo de la enfermedad. 

En muchas ocasiones, las personas cercanas al paciente oncológico no saben cómo actuar ni cómo dirigirse a ese ser querido durante el proceso. Por ello, es importante conocer de la mano de un especialista como Fátima Castaño, psicooncóloga en MD Anderson Cancer Center Madrid – Hospiten, las diferentes situaciones que pueden producirse y cómo actuar ante ellas.

Castaño recomienda evitar frases hechas y motivacionales como “no te preocupes”, “todo irá bien” o “estoy contigo”, así como el lenguaje bélico que, según señala, aún se emplea con frecuencia en los medios de comunicación. “Tenemos que alejarnos del lenguaje de la lucha y la batalla, del perdedor y el ganador, que sitúa a los pacientes en una posición psicológicamente negativa. Seguimos escuchando frases hechas con las que pacientes y familiares se sienten escasamente identificados y no reflejan su realidad”, subraya.

En este sentido, la especialista también insiste en evitar la conocida como tiranía del positivismo. “El exceso de exigencia sobre la positividad puede influir y generar malestar en los pacientes porque pueden llegar a pensar que la tristeza o el miedo, normales por las circunstancias, están relacionados con su enfermedad o un posible empeoramiento; que su positivismo está relacionado con la mejoría médica”, explica.

No obstante, asegura que una actitud positiva ayuda a afrontar el proceso con mayores recursos, a mejorar la calidad de vida y a prevenir trastornos del estado de ánimo. Sin embargo, prosigue, esta tiranía del positivismo es uno de los elementos que conduce en muchas ocasiones a los pacientes a consulta: “En muchos casos, te explican que sienten que no lo están haciendo lo suficientemente bien porque están transmitiendo tristeza a sus familiares, lo que les genera una presión sobreañadida, se sienten culpables y no se permiten transmitir emociones negativas, lo que les dificulta el pedir ayuda y puede conducir a un mayor aislamiento”.

Castaño sostiene que sentir emociones negativas es “inevitable” y que también es necesario, “exteriorizarlas” ayuda a drenarlas y a encontrar apoyos para sobrellevarlas. “De hecho, esto es natural y saludable. En mi opinión, las emociones negativas son mal llamadas negativas; son emociones que no son agradables, pero que, forman parte del proceso de adaptación psicológico que favorece la aceptación y el afrontamiento de una situación de crisis vital como puede ser el cáncer.  Debemos permitir a los pacientes sentir y expresarse” agrega, incidiendo en que este paso contribuye a acercarnos a ellos, a buscar recursos y a sentirnos más conectados.

La escucha, la pregunta, la presencia y la búsqueda de información como principales estrategias

Independientemente del caso, la psicooncóloga destaca la importancia de comenzar cualquier interacción con el paciente mediante la escucha activa y la realización de preguntas para comprender y conocer sus necesidades. “Cada persona es única. Tenemos que ajustar nuestro estilo comunicativo a sus propias circunstancias, condiciones y personalidad. Esta estrategia ayudará a que sientan a sus familiares más cercanos y presentes”, explica.

En el caso de los pacientes que se encierran en sí mismos, la psicooncóloga asegura que es importante respetar su espacio e idiosincrasia: “Hay que buscar otras maneras de comunicarse, no solo es válida la comunicación verbal sino también la no verbal. Mantenerlos informados sobre los posibles recursos, ayudas y necesidades en el proceso de enfermedad será de gran ayuda para ofrecer el mejor acompañamiento”.

La psicooncóloga de MD Anderson Madrid – Hospiten ofrece una serie de herramientas para facilitar la comunicación en estos casos:

  • Escuchar y no dar por sentado.
  • La pregunta abierta para facilitar la expresión: ¿Cómo te sientes? ¿Qué necesitas? ¿Qué te ayudaría en este momento?
  • Identificar circunstancias que sean idóneas para la comunicación y preparar esos momentos comunicativos.
  • Ponerse en el lugar del ser querido y entender que no todas las personas se benefician de expresar lo que sienten en cada momento.
  • Mantener una conversación teniendo en cuenta que es un contexto complicado.
  • Trabajar como equipo.

 

Cómo comunicarse con un niño con familiares oncológicos

A la hora de comunicarse con un menor con familiares diagnosticados de cáncer, la especialista asegura que es “crucial explicarles lo que sucede, así como dar la información adaptada a sus capacidades de comprensión para ayudarles a entender los cambios que puedan surgir en el entorno familiar”. De esta forma, apunta, podrán entender la situación y se sentirán parte del proceso: “Por ello, no es recomendable ocultar la información porque puede generar sentimiento de culpa, incomprensión y percepción de aislamiento y soledad”.

Referencias:

  1. Sociedad Española de Oncología Médica – SEOM - Las cifras del cáncer en España. Disponible en: https://www.seom.org/images/LAS_CIFRAS_2024.pdf