Madrid, 17 de octubre de 2025. – Con motivo del Día Mundial del Cáncer de Mama, que se celebra anualmente el 19 de octubre, la comunidad científica y médica refuerza su compromiso con la investigación, la prevención y la mejora de los tratamientos de una enfermedad que afecta a millones de mujeres en todo el mundo. En este marco, la Dra. Laura García-Estévez, coordinadora de la Unidad Multidisciplinar de Mama de MD Anderson Cancer Center Madrid – Hospiten, explica cómo los avances en investigación oncológica están permitiendo anticipar la recaída de la enfermedad.
Entre las técnicas más prometedoras destaca la biopsia líquida, un procedimiento mínimamente invasivo que ofrece información sobre la evolución del cáncer. Más allá de los avances científicos, la Dra. García-Estévez también pone el foco en la dimensión humana del cáncer de mama, un proceso que implica no solo dolor físico derivado de los tratamientos e intervenciones, sino también una importante carga emocional y psicológica.
Existen muchos tipos de biopsia líquida. Centrándonos en su aplicación más habitual, la biopsia líquida es un análisis de sangre que permite detectar el ADN liberado por las células tumorales. Estas células, al morir, liberan fragmentos de ADN que pasan al torrente sanguíneo. Mediante este análisis, se puede identificar la presencia de ADN tumoral circulante (ctDNA), un biomarcador que suele asociarse a un peor pronóstico para la paciente. Actualmente, la mayoría de los estudios de investigación sobre cáncer incorporan la detección del ctDNA, ya que esta técnica puede predecir la recaída del tumor entre cuatro y seis meses antes de que sea visible mediante pruebas radiológicas tradicionales.
La biopsia líquida para la detección de enfermedad molecular residual (MRD) en cáncer de mama está siendo ya comercializada en España, contando con la aprobación de la FDA (Food and Drug Administration) y Medicare, así como marcado CE (Conformidad Europea). En paralelo a su uso en práctica clínica, sigue en fase investigación y se está evaluando en ensayos clínicos, especialmente en contextos de desescalada de tratamiento para demostrar su utilidad clínica. Por lo tanto, a pesar de que la biopsia líquida se perfila como la técnica del futuro, la biopsia tradicional mantiene un papel fundamental cuando hay una sospecha de diagnóstico de cáncer de mama. “La biopsia líquida aún no detalla la clasificación molecular, por lo que continúa siendo necesaria la biopsia tradicional”, destaca la Dra. García-Estévez. A pesar de que aún no puede ofrecer ese nivel de detalle, se espera que en el futuro pueda hacerlo.
Conforme a la precisión de la biopsia líquida, la doctora explica que “depende de la cantidad de proporción del ADN del cáncer presente en la sangre. Este tipo de biopsia sirve para detectar la aparición de metástasis”. Así, puede predecir la aparición de metástasis, ya que la detección del ctDNA indica un alto riesgo de recaída en los siguientes 4 a 6 meses.
El cáncer: más allá del dolor físico
El cáncer de mama lleva consigo dolor físico y emocional. La experta explica que, tras los tratamientos e intervenciones, “los dolores más frecuentes a nivel físico son los dolores en la mama. Hay pacientes operadas que pasados dos, tres o cuatro años siguen teniendo molestias en la mama”. Emocionalmente, considera que “aunque parece lo mas fácil, la hormonoterapia que consiste en tomar una pastilla todos los días, para estas mujeres supone un recordatorio constante de que tienen cáncer y sienten que nunca dejan de ser pacientes oncológicas, lo que genera una gran carga psicológica”.
Paralelamente, en el ámbito familiar y círculo social, es fundamental empatizar con la persona que tiene cáncer de mama. Así, la doctora considera que lo más complejo es la relación con el paciente. Explica que es algo complicado también para la pareja. “Este proceso conlleva pérdida de la libido, falta de apetito sexual, condiciona mucho cómo se siente el paciente o su apariencia física al verse”.
A pesar de tener muchos años de experiencia profesional, la coordinadora de la Unidad Multidisciplinar de Mama de MD Anderson Madrid – Hospiten sostiene que para los profesionales sigue siendo muy complejo comunicar un diagnóstico, aunque añade “todavía es mucho más difícil comunicar la recaída. Es devastadora”.
Del rosa al marrón: una mirada más real
El color rosa ligado al cáncer de mama ha sido incorporado por muchas empresas en sus campañas, convirtiéndose en una herramienta de comunicación con impacto emocional y comercial. Aunque el lazo rosa nació como símbolo de concienciación, la doctora señala que “el cáncer de mama no es rosa y, en muchos casos, es más bien marrón, porque implica convivir con un diagnóstico difícil. Será rosa el día que consigamos salvar a todas”. En otras palabras, el diagnóstico del tumor más frecuente en mujeres está presente en muchas campañas que tiñen de optimismo y alegría una enfermedad que, en la realidad, es dura y compleja y que continúa precisando de investigación, prevención y detección precoz para aumentar la supervivencia.