Buscar

Noticias

Buscar en Todos Título Contenido

La Navidad suele asociarse a momentos de conexión, celebración y alegría compartida, pero para quienes atraviesan un proceso oncológico, estas fechas pueden tener aspectos desafiantes. La intensidad emocional que conlleva el proceso, la incertidumbre, la fatiga y los cambios físicos y cotidianos chocan con una época del año tradicionalmente marcada por el entusiasmo y las expectativas sociales. Este contraste puede provocar una sensación de desconexión o incluso de culpa en el paciente.

Desde MD Anderson Cancer Center Madrid - Hospiten, la psicooncóloga María Isabel González Fernández propone afrontar estas fechas desde un enfoque más realista y compasivo. Señala que el apremio por “estar bien”, la presión sobre el autocuidado en redes sociales y la exigencia de mostrarse animado, pueden llevar a una sobrecarga emocional que invisibiliza las necesidades reales del paciente. Recuerda que forzarse a encajar con la emoción colectiva solo genera más cansancio emocional.

Para muchos pacientes que se encuentran en un tratamiento oncológico, estas fechas no son únicamente de celebración, sino que son también un tiempo en ocasiones atravesado por la melancolía, el deseo de mantener cierta normalidad y el temor a resultar una carga. El objetivo, insiste, no es replicar cómo se vivió la Navidad en años anteriores, sino adaptarse a la nueva situación y guiar al entorno en las necesidades del paciente para que esta sea una Navidad sentida y acompañada. 

Comunicación honesta para reducir la culpa y mejorar el acompañamiento 

La comunicación se convierte en una herramienta fundamental para transitar estas fechas. Muchos pacientes pueden intentar invisibilizar momentos de malestar con el fin de contribuir a un ambiente positivo en todo momento. Sin embargo, reprimir estas sensaciones conlleva una sobrecarga adicional que genera mayor malestar; permitirse transitar las emociones que vayan sintiendo y buscar aquello que más les ayude en cada momento ayudará a los pacientes a conseguir un manejo más amable y sostenible. 

La psicooncóloga subraya que expresar las necesidades con honestidad, claridad y sin temor a ser una carga, favorece la empatía del entorno y mejora la calidad del acompañamiento. “Es importante que el paciente pueda verbalizar cómo se encuentra y oriente a su entorno en la adaptación de los planes en estos días según su estado, creando, por ejemplo, celebraciones más íntimas o menos exigentes”, añade González. La comunicación bidireccional ayuda a que ambas partes afronten la Navidad desde la autenticidad y el cuidado mutuo, en la que reforzar lazos y disfrutar juntos. 

Romper con la autoexigencia para el bienestar emocional

Para algunos pacientes, durante la Navidad aparece una mezcla de melancolía, nostalgia y duelo por la pérdida temporal de la normalidad. Además, los encuentros navideños conllevan una serie de situaciones sociales que implican un esfuerzo mayor por parte del paciente por aparentar una normalidad que puede convertirse en una fuente de autoexigencia y culpa, sobre todo cuando su energía o estado emocional no acompañan. “Hoy en día existe mucha información sobre el autocuidado en el paciente oncológico en relación con la alimentación, el ejercicio o el descanso que, aun siendo acertada, en ocasiones es recibida por el paciente como una presión añadida. Durante las festividades se hace más necesario aún flexibilizar las recomendaciones y no buscar la perfección. El cáncer ha de incluirse en la toma de decisiones, pero no ha de ser el centro de estas.”, explica González.  

Los pacientes, en ocasiones, pueden convertirse en protagonistas involuntarios de las celebraciones por su situación, por lo que será importante descentralizar el cáncer de la conversación y permitir que sea el paciente el que marque si desea o no incluirlo. Por otra parte, ajustar expectativas y validar sus necesidades ayuda a transformar la reunión navideña en un espacio de cuidado, no de exigencia.

El impacto de las redes sociales: entre la idealización y la presión

Durante este período del año, las redes sociales están repletas de contenido festivos que tienden a proyectar una imagen ideal de felicidad perfecta, lo que puede resultar incómodo para el paciente al crear en él una disonancia por la situación que está atravesando.

“Cada persona debe realizar un consumo consciente, evaluar qué contenido le sienta bien y limitar las fuentes que generen malestar. Cada vez hay más referentes oncológicos que muestran cómo se enfrentan a la enfermedad, lo que supone una visibilización y normalización de la enfermedad, sin duda, positiva, aunque a algunos pacientes les conecta con una presión por su propia competencia. En este sentido, será importante aprender a seleccionar aquellos referentes y fuentes cuyo impacto sume, lo cual es diferente para cada persona. 

Una Navidad flexible y adaptada al momento

Las navidades son un periodo marcado por las tradiciones, sin embargo, la especialista anima a crear rituales sencillos y manejables, evitando buscar la Navidad perfecta o revivir la de años anteriores si ahora resulta excesivo. Para conseguirlo, el entorno juega un papel esencial. Preguntar qué necesita el paciente, permitirle decidir su nivel de participación y respetar sus límites favorece un acompañamiento respetuoso. Es esencial que prioricen su comodidad emocional y no planifiquen sin contar con él. 

La psicooncóloga recomienda que “el paciente no busque la perfección, sino ese punto de equilibrio entre la permisividad y el cuidado. Si planifica algo debe ser de manera flexible y evitar que se convierta en una obligación. Debe tener una mirada compasiva, que no tiene nada que ver con la lástima sino con conocerse, conectar con el sentir en cada momento y con sus necesidades, y comunicarlas de forma honesta”, concluye González.      
 

Etiquetas