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Salud Cardíaca


Cuando se combinan cáncer y cardiopatía (enfermedad cardíaca), el tratamiento de ambas enfermedades puede suponer un reto para los pacientes y los médicos. Dado que muchos pacientes con cáncer son mayores de 50 años, las probabilidades de que tengan una cardiopatía preexistente cuando son diagnosticados de cáncer son bastante altas. Incluso los pacientes sin insuficiencia cardíaca congestiva (ICC) pueden presentar problemas de corazón como consecuencia de los fármacos que toman para tratar el cáncer.

Se sabe que los quimioterápicos de la familia de las antraciclinas (como doxorrubicina, epirrubicina, idarrubicina y daunorubicina) son "cardiotóxicos" porque debilitan el músculo cardíaco. Puede aparecer cardiotoxicidad crónica en tan solo un par de semanas o incluso al cabo de 10 años después del tratamiento. Dado que se utilizan muchos fármacos cardiotóxicos para tratar las leucemias infantiles, la salud cardíaca puede ser un problema para los supervivientes a largo plazo de un cáncer.

 

Síntomas de la insuficiencia cardíaca congestiva (ICC)

Dado que los síntomas de ICC son muy similares a los del cáncer y otras enfermedades, como diabetes, obesidad y cirrosis, no son identificados a menudo. El sistema FACES (del inglés) facilita recordar los síntomas de ICC:

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  • Fatiga (cansancio): ¿se ha sentido más cansando últimamente?
  • Actividad: ¿se ha alterado su grado de actividad?
  • Congestión: ¿nota opresión o congestión en el pecho?
  • Edema: ¿tiene hinchazón en los tobillos o las extremidades inferiores?
  • Dificultad reSpiratoria: ¿tiene dificultad para respirar?

 

Las personas con algunos de estos síntomas, o todos ellos, deben someterse a un ecocardiograma para confirmar la ICC.

 

Tratamiento de los problemas cardíacos relacionados con el cáncer

Toda cardiopatía preexistente debe tratarse antes de que empiece el tratamiento con quimioterapia. Un corazón sano tolera mucho mejor que un corazón enfermo los tratamientos agresivos contra el cáncer.

La insuficiencia cardíaca inducida por la quimioterapia requiere un seguimiento cuidadoso durante el tratamiento y mucho tiempo después de éste. Un análisis de sangre que mide la concentración de péptido natriurético cerebral (BNP) ayuda a detectar la insuficiencia cardíaca, así como a valorar la eficacia del tratamiento.

Dos fármacos de uso habitual para tratar la hipertensión arterial, los inhibidores de la ECA y los betabloqueantes, son muy eficaces en el tratamiento de un músculo cardíaco débil. En los pacientes que no responden o no toleran los inhibidores de la ECA o los betabloqueantes, una alternativa podría ser un marcapasos.