Pruebas y procedimientos
Biopsia: se extirpa un trozo de tejido de una zona con sospecha de cáncer para su examen al microscopio. El linfoma de Hodgkin se diagnostica examinando las células cancerosas y determinando cómo crecen en los ganglios linfáticos o en otros tejidos.
Radiografías: en este procedimiento se utiliza radiación para obtener imágenes de una zona del interior del organismo.
Tomografía computarizada (TC): se toman radiografías desde diferentes ángulos alrededor del cuerpo. Después se combinan las imágenes en un ordenador para obtener una imagen detallada. Las TC solicitadas con más frecuencia son del cuello, tórax, abdomen y pelvis.
Tomografía por emisión de positrones (PET): la PET combina los campos de la medicina, informática, química, física y fisiología para estudiar la función de órganos tales como corazón, cerebro y hueso. Se diferencia de los métodos de imagen convencionales, como radiografías, TC, ecografía o RM, ya que las imágenes de PET aportan información sobre el funcionamiento de los tejidos. Los otros métodos de exploración por la imagen muestran el aspecto de los tejidos.
Resonancia magnética (RM): una RM es similar a una TC, pero se emplean imanes y ondas de radiofrecuencia en lugar de rayos X. La RM puede aportar información importante sobre tejidos y órganos que no se consigue con otras técnicas de imagen. Se usa menos en el linfoma de Hodgkin que la TC, pero puede ser útil para evaluar los huesos y el cerebro.
Linfangiografía: se inyecta un colorante (medio de contraste) en los vasos linfáticos de los pies. Cuando se hacen radiografías del organismo, los ganglios linfáticos y vasos linfáticos que contienen el colorante se observan más claramente en la placa que en las imágenes obtenidas con radiografías habituales.
Gammagrafía con galio (radioisótopo): el galio radiactivo es una sustancia química que se acumula en ciertos tumores. Se inyecta una pequeña cantidad de galio en un vaso sanguíneo y se distribuye por todo el organismo. Después se toman imágenes del cuerpo desde diversos ángulos para comprobar si se ha acumulado el galio en un tumor. Esta prueba puede ser muy útil en el tratamiento del linfoma de Hodgkin.
Análisis de sangre: se obtienen para determinar si diferentes tipos de células sanguíneas son normales en número y aspecto cuando se examinan al microscopio y si la bioquímica de la sangre es normal. Otras determinaciones habituales consisten en pruebas de función hepática y renal, B2-microglobulina y LDH y otros análisis bioquímicos.
Aspirado y biopsia de la médula ósea: se obtiene médula ósea tras anestesiar la piel, el tejido y la superficie del hueso con un anestésico local. Después se introduce una aguja fina en la cadera u otro hueso grande y se recoge una pequeña muestra.
Ecocardiograma: esta prueba diagnóstica se solicita para evaluar el tamaño y la función del corazón.
Pruebas de función respiratoria: permiten determinar cómo funcionan los pulmones. Se trata de una prueba importante, ya que algunos fármacos utilizados para tratar el linfoma de Hodgkin pueden afectar a los pulmones.
Estadificación
Tras el diagnóstico, el médico solicitará varias pruebas que ayudarán a determinar la extensión de la enfermedad. Es lo que se conoce como “estadificación”. El estadio describe el grado en que se ha diseminado el tumor por el organismo. La estadificación es importante porque ayuda a predecir el desenlace o pronóstico y determinar el abordaje terapéutico.
Estadio I (estadio inicial): se encuentra afectada una región ganglionar.
Estadio II (enfermedad localmente avanzada): el cáncer se encuentra en dos o más regiones linfáticas a un lado del diafragma o bien en una región ganglionar y una zona u órgano próximo, una situación que se denomina "extensión" o enfermedad "E".
Estadio III (enfermedad avanzada): la enfermedad afecta a ganglios linfáticos tanto por encima como por debajo del diafragma o bien a una región ganglionar y un órgano en lados opuestos del diafragma (enfermedad "E").
Estadio IV (enfermedad diseminada): el linfoma se encuentra fuera de los ganglios linfáticos y el bazo y se ha diseminado a uno o más órganos, como hueso, médula ósea, piel y otros órganos.