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Después de más de dos meses de confinamiento en casa debido a la pandemia por COVID-19, la mayoría de la población está deseando organizar planes fuera de casa, al aire libre. El problema, asegura la doctora Pilar López Criado, jefa de la Sección de Tumores de Pulmón, Cabeza y Cuello y Melanoma de MD Anderson Cancer Center Madrid – Hospiten, es que esto puede provocar “un repunte de casos de melanoma”. “La preocupación es que prevemos que va a haber una exposición masiva al sol sin protección; la gente tiene muchas ganas de salir a la calle, pero no de proteger su piel”, añade esta experta.

La doctora López Criado recuerda, además, con motivo del Día Europeo para la Prevención del Cáncer de Piel, que la exposición al sol no significa solo ir a la playa, sino que también incluye salir a la calle. “Claro que hay que salir, caminar y hacer ejercicio al aire libre, pero siempre con una protección solar de 30 o más e intentando evitar las horas centrales del día, entre las 12 de la mañana y las 5 de la tarde”, señala esta experta. En su opinión, la población está muy centrada en la protección con mascarilla y gel hidroalcohólico, pero no tanto por la protección y el cuidado de la piel. “El problema es que las consecuencias no las vamos a ver a corto, sino a largo plazo”, reconoce la doctora.

Asimismo, la doctora López Criado también recomienda a aquellas personas que han sufrido la enfermedad que consulten con un especialista en dermatología antes de comenzar a exponerse al sol. “No sabemos qué efectos pueden tener para la piel algunos de los tratamientos que hemos usado para la COVID-19; algunos fármacos han provocado lesiones en la piel, otros son fotosensibles, etcétera, por lo que sería recomendable una consulta previa con el dermatólogo en caso de duda”, señala esta especialista.

Lo que sí se sabe es que el uso del gel hidroalcohólico está contraindicado con la exposición al sol. “Si utilizamos este gel y después nos exponemos al sol, nos podemos abrasar”, advierte la doctora, que recomienda siempre el lavado de manos y el uso de crema con factor de protección solar para disfrutar de una jornada de playa o practicar ejercicio físico al aire libre. 

Misma prevención para tres tipos de cáncer de piel distintos

Aunque lo más habitual es relacionar la exposición al sol con el melanoma, la realidad es que el sol también puede provocar otros dos tipos de cáncer de piel no melanoma: el carcinoma escamoso o espinocelular y el carcinoma basocelular. “Aunque la prevención es la misma, el origen del melanoma está en alteraciones en los melanocitos, mientras que el carcinoma escamoso se origina en las células epiteliales, por ejemplo”, señala la doctora López Criado, que destaca que estos tumores “suelen estar provocados por exposiciones más crónicas a sol y aparecen en personas de edad más avanzada”.

Además, salvo que se diagnostiquen tarde o no se traten de forma adecuada, los tumores de piel no melanoma tienen buen pronóstico. “Con un seguimiento adecuado del dermatólogo y un buen tratamiento, el 95% de estos tumores se curan”, asegura la doctora López Criado. Un porcentaje muy superior al que observamos en melanoma, un tumor mucho más agresivo y que aparece en población más joven. Pese a ello, la doctora reconoce grandes avances ya que, aunque la incidencia del melanoma aumenta cada año, la mortalidad se mantiene estable gracias a una detección cada vez más precoz y a que existen tratamientos eficaces incluso en melanoma metastásico.

Pero lo que de verdad puede ayudar a mejorar los datos en melanoma es la prevención. “El 95% de los casos de melanoma no se heredan, sino que se deben al abuso del sol o a una especial sensibilidad a él”, explica la doctora López Criado, que insiste en una exposición controlada al sol y en la visita al especialista en dermatología ante cualquier cambio de aspecto de un lunar, incluso aunque este no sangre, no pique o no se ulcere.

Por último, la doctora López Criado recuerda que el sol es perjudicial por la radiación ultravioleta que emite, de modo que sería recomendable evitar o, al menos, reducir la exposición a este tipo de radiación utilizada, por ejemplo, para fijar el esmalte en algunos tipos de manicura y pedicura. “Las estadísticas las veremos en los próximos años, pero mi recomendación sería evitar este tipo de manicura en la medida de lo posible y optar por manicuras y pedicuras de secado al aire”, concluye esta especialista.

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