Madrid, 23 de julio de 2024.- Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son, junto con las segundas neoplasias, la principal causa de muerte de los supervivientes al cáncer y su tratamiento plantea un enorme reto2. Por su parte, la cardiotoxicidad (CTX) se define como el conjunto de enfermedades cardiovasculares derivadas de los tratamientos onco-hematológicos, pudiendo afectar a cualquier componente estructural del sistema cardiovascular. Estos tratamientos podrían triplicar el riesgo de eventos cardiovasculares a medio y largo plazo1.
En este sentido, la figura del cardio-onco-hematólogo se torna fundamental para detectar y gestionar las consecuencias de la CTX y considerar estrategias cardioprotectoras para mitigar el daño y evitar la suspensión de la terapia contra el cáncer. “A menudo se requiere un seguimiento a largo plazo porque la CTX puede aparecer años después, como se observa en la radioterapia torácica”, advierte el Dr. Reddy Guerra, cardiólogo del Servicio de Cardiología de MD Anderson Cancer Center Madrid – Hospiten.
La cardio-onco-hematología es una disciplina emergente que implica un espectro clínico de problemas cardiovasculares que pueden surgir durante, inmediatamente después o mucho tiempo posterior al tratamiento oncológico. Es una especialidad en la que la atención a pacientes con enfermedad cardiovascular (ECV) preexistente o aquellos que desarrollan CTX es brindada por un equipo multidisciplinar compuesto por cardiólogos, oncólogos, hematólogos, psicólogos, enfermeros especialistas y farmacéuticos, con el apoyo de médicos de Atención Primaria.
“Nosotros, como cardiólogos, lo que intentamos es no detener el tratamiento oncológico, sino todo lo contrario; es decir, lo que hacemos es acompañar al paciente en todo momento para que tanto él, como el oncólogo y el hematólogo puedan lograr finalizar su tratamiento y nosotros simplemente vigilarlo. Es importante que los pacientes no tengan miedos”, explica el Dr. Guerra.
Enfermedades cardiovasculares derivadas de los tratamientos onco-hematológicos
Aunque la definición clásica de CTX se ha centrado en la disfunción sistólica del ventrículo izquierdo (VI), la literatura científica actual lo define como una lesión cardíaca directa a cualquiera de los componentes del sistema cardiovascular. Esta lesión podría causar miocardiopatía e insuficiencia cardíaca, miocarditis, pericarditis toxicidades vasculares, arritmias, enfermedad de las arterias coronarias, trastornos valvulares prematuros, hipertensión y tromboembolismo.
Los tres escenarios clínicos diferentes incluyen CTX aguda, definida mientras se recibe tratamiento contra el cáncer; CTX subaguda, la que se desarrolla durante los primeros 12 meses después de completar los tratamientos cardiotóxicos; y, a largo plazo, las complicaciones cardiovasculares de tratamientos oncológicos previos aparecidas transcurrido el primer año.
Cómo reducir el riesgo de cardiotoxicidad
“El equipo cardio-onco-hematológico de MD Anderson Madrid – Hospiten trabaja estrechamente antes iniciar el tratamiento para asegurar que el paciente recibe el mejor tratamiento contra el cáncer, al mismo tiempo que minimizan cualquier riesgo para el corazón y la circulación”, explica el Dr. Guerra. La vigilancia se llevará a cabo durante y tras el tratamiento, y una vez completado el mismo, si fuese necesario, para detectar cualquier efecto secundario sobre el corazón lo antes posible.
El cardiólogo recuerda la necesidad de mantener un estilo de vida saludable mediante el ejercicio físico regular y una dieta equilibrada cardiosaludable para un control de los factores de riesgo cardiovascular. Asimismo, mantener unos índices de colesterol tipo LDL <100 mg/dl (colesterol malo) es fundamental para reducir posibles riesgos. “En el caso de pacientes con alto riesgo cardiovascular, el objetivo será́ mantener el LDL menor a 70 mg/dl. Lograr unos niveles de Hemoglobina glicada <7%, mantener una tensión arterial en cifras inferiores a 140/90 mmHg y, por supuesto, la abstención completa del hábito tabáquico”, asevera el experto.
“Ha habido un cambio de paradigma en el cáncer como enfermedad crónica, porque algunos cánceres tienen secuelas incluso cuando se consideran curados. La evaluación cardiovascular previa al tratamiento, la detección y el tratamiento de la CTX, así como la vigilancia de los pacientes a largo plazo, son funciones clave del cardiólogo”, finaliza el Dr. Reddy Guerra.
Referencias:
1. Cardio-Onco-Hematología en la práctica clínica. Documento de consenso y recomendaciones
2. K. Miller, R.L. Siegel, C.C. Lin, et al. Cancer treatment and survivorship statistics, 2016. CA Cancer J Clin., 66 (2016), pp. 271-289