Los tumores de tiroides son una de las neoplasias cuya incidencia está aumentando a nivel mundial.
De acuerdo con los datos publicados por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el cáncer de tiroides constituye menos del 1% de las neoplasias malignas que se diagnostican en nuestro país. Sin embargo, y a pesar de estas cifras, este tipo de tumor es uno de los pocos cuya incidencia está aumentando a nivel mundial, por lo que su diagnóstico precoz y una intervención temprana resultan fundamentales para evitar complicaciones.
En este sentido, los especialistas señalan que la Tiroidectomía Asistida por Imagen (MIVAT) se ha confirmado como una opción quirúrgica para los pacientes que presentan cáncer de tiroides. “Gracias a esta técnica, con una única incisión y sin la necesidad de utilizar gas para distender el cuello, podemos acceder al tumor con un campo de visión mucho mejor que con la cirugía convencional”, explica el doctor Mario Fernández Fernández, del servicio de Cirugía de Cabeza y Cuello de MD Anderson Cancer Center Madrid – Hospiten y precursor de MIVAT en España.
En este sentido, la mejora del campo de visión que se obtiene con MIVAT constituye una de las ventajas fundamentales de este procedimiento quirúrgico mínimamente invasivo, ya que permite minimizar el riesgo de daño sobre el nervio recurrente. Como destaca el experto de MD Anderson Madrid – Hospiten, “el nervio recurrente resulta el punto más crítico de la cirugía de tiroides desde el punto de vista de la secuela”. El motivo es que, en caso de daño de este órgano, toda la musculatura que estaba bajo su control correría el riesgo de paralizarse y atrofiarse, provocando una afonía crónica en el paciente.
“Mediante la aplicación de la tecnología de imagen que utiliza MIVAT, podemos ver el nervio recurrente ampliado en una pantalla. De este modo, el cirujano no tiene problemas para diferenciar y separar este nervio de otras estructuras como los vasos que tiene alrededor, evitando así que pueda dañarse durante la intervención” incide el doctor Fernández Fernández.
Mejoras en la calidad de vida del paciente después de la operación
Al tratarse de una técnica quirúrgica mínimamente invasiva, MIVAT también presenta importantes ventajas para el paciente una vez finalizada la operación. En primer lugar, porque el daño generado sobre los tejidos es mucho menor. En la cirugía convencional se debe practicar una incisión alrededor de la zona en la que se encuentra el tumor, levantar la masa de tejido para operar y después realizar la sutura. “Esto implica que la cicatriz no solo se circunscribe a los puntos de sutura, sino al área de la piel que se ha elevado alrededor para tener una buena visión. Con MIVAT el resultado local es óptimo sin el clásico disconfort crónico que la cirugía convencional de tiroides suele dejar”, comenta el facultativo del Servicio de Cirugía de Cabeza y Cuello de MD Anderson Madrid – Hospiten.
En cambio, la incisión practicada con MIVAT, que no supera los dos centímetros, permite abrir una cavidad en la zona cervical cuya cicatriz se limita únicamente a los puntos de sutura. “Con este tipo de intervención se reduce el tiempo de hospitalización del paciente con cáncer de tiroides, así como la dosis de medicación para el dolor, y en la mayor parte de los casos se evita también la utilización de un drenaje. Todo ello supone una mejora enorme para la calidad de vida de las personas que recuperan su vida normal mucho antes”, concluye en doctor Fernández Fernández.