“Cambiar nuestros hábitos de vida no significa necesariamente que no vayamos a desarrollar un cáncer de mama a lo largo de nuestra vida, pero sí puede ayudarnos a reducir el riesgo de padecerlo”, enfatiza esta especialista en Oncología Radioterápica. De hecho, apunta esta experta, existen estudios que demuestran que la práctica de ejercicio físico de manera regular puede reducir el riesgo de cáncer de mama hasta en un 20%, comparado con mujeres que llevan un estilo de vida más sedentario.
Además, algunos estudios prospectivos han encontrado una correlación significativa entre el índice de masa corporal (IMC) y el riesgo no solo de padecer cáncer de mama por primera vez, sino también con el riesgo de recaer por segunda o tercera vez en la enfermedad, lo que significa que este cambio de hábitos de vida no debería restringirse a sujetos sanos, sino que debería extenderse también a las pacientes que ya han desarrollado un cáncer de mama.
Sobre el alcohol, aunque hay menos evidencias científicas que con la práctica de ejercicio físico y el control de la dieta, también existen estudios que desaconsejan el consumo de más de dos bebidas alcohólicas al día (licores destilados, combinados con cerveza y/o vino) por su relación con el cáncer de mama con receptores de estrógeno positivos en mujeres posmenopaúsicas.
Pese a los increíbles avances en supervivencia obtenidos en los últimos años gracias a la investigación, todavía existe un subgrupo de pacientes con cáncer de mama para las que “todavía no existe un tratamiento adecuado”, subraya la doctora Carballo. Entre un 15 y un 20% de los casos de cáncer de mama diagnosticados en el mundo pertenecen a este subtipo, triple negativo, y sus expectativas de supervivencia a cinco años son mucho menores que las de otros tipos de tumores de mama. Además, la doctora Carballo remarca también que, en su mayoría, es un perfil de paciente joven, lo que hace todavía más necesaria la investigación en este subtipo de cáncer de mama más agresivo.
“Ya sabemos que la detección precoz es fundamental para el tratamiento y la supervivencia de las pacientes, pero ahora queremos aprender a tratar diferentes perfiles biológicos y conocer qué hace que una persona desarrolle un cáncer de mama triple negativo y otra persona uno hormonal”, apunta la doctora Carballo, quien cree que es muy pronto para señalar la inmunoterapia “como un tratamiento validado en este subtipo de cáncer de mama”.
De momento, en MD Anderson Madrid – Hospiten sí existen protocolos con inmunoterapia en fases iniciales (fases I y II) que buscan averiguar qué papel podrían tener estas terapias en un futuro para el tratamiento de estas pacientes que todavía hoy tienen importantes necesidades terapéuticas no cubiertas.
Pacientes, ex pacientes, familiares y voluntarios se han unido otro año más en la campaña “Tejiendo esperanza”, con la que esperan regalar más de mil lazos rosas hechos a mano a todo aquel que se acerque a MD Anderson Madrid – Hospiten el próximo jueves 19 de octubre, Día Mundial del Cáncer de Mama. El objetivo de la iniciativa, que se celebra este año por segunda vez, es informar a la población sobre la importancia del diagnóstico precoz y la prevención en cáncer de mama.
Además, el dinero recaudado gracias a las donaciones se invertirá en proyectos de investigación de la Fundación MD Anderson España, entidad a la que pertenece este grupo de voluntarios que llevan meses tejiendo estos lazos, símbolo de la lucha contra el cáncer de mama. El sábado 22 de octubre también repetirán la acción, pero en el centro comercial Palacio de Hielo, situado en Canillas.