El objetivo del curso, que se celebra los días 3 y 4 de marzo en el centro hospitalario, es “formar a posibles psicólogos, médicos y/o enfermeros en el abordaje del tratamiento psicológico del paciente y de sus familiares”, señala Marta de la Fuente, responsable del Servicio de Psicooncología de MD Anderson Madrid – Hospiten y coordinadora del curso.
Como ella misma destaca, tras una parte inicial más teórica en la que se explicarán conceptos básicos de oncología y psicología necesarios para seguir el curso, la segunda parte será fundamentalmente práctica y se utilizarán sobre todo técnicas de role-playing, introspección y análisis de los recursos propios de cada uno tanto a nivel personal como profesional. Esto último es muy importante porque “como psicólogos y como personal sanitario, no dejamos de ser cuidadores”, enfatiza esta especialista.
La importancia de la autorregulación emocional
Las habilidades de comunicación con el paciente y la autorregulación emocional del profesional son de hecho una parte muy importante del curso. “Es fundamental tener una buena capacidad y unos buenos recursos emocionales para trabajar con experiencias como estas”, apunta Marta de la Fuente, quien señala que un psicooncólogo debería hacer un ejercicio regular de introspección para identificar si existe un nivel de implicación adecuado, si está dedicando un tiempo para su autocuidado y si está poniendo los límites correctos entre él y su paciente. “El trabajo de autorregulación es muy importante porque repercute directamente en la intervención clínica con los pacientes”, subraya la psicooncóloga.
Asimismo, a nivel de comunicación, Marta de la Fuente destaca que es fundamental no caer en el error de corregir y/o modificar el estado emocional de los pacientes, ya que ellos podrían percibir que se les intentan bloquear las emociones y que no se les está comprendiendo. Por eso, esta especialista destaca que la mejor estrategia aquí es “no relativizar la situación y acompañar, entender e intentar reconducir el estado emocional del paciente en el caso que este sea desadaptativo”.
Un “tratamiento” beneficioso en cualquier fase de la enfermedad
Un aspecto fundamental que hay que tener en cuenta a la hora de empezar un tratamiento psicológico con un paciente oncológico es que este tiene una afectación física real y que además existen tratamientos como la quimioterapia o la radioterapia que pueden estar interfiriendo de manera directa en el estado de ánimo del paciente en ese preciso momento. De hecho, apunta la especialista, “muchos de estos pacientes cumplen criterios claros de depresión y ansiedad y vienen a consulta precisamente porque no saben manejar el miedo, la incertidumbre o los niveles de ansiedad”.
La mayoría de estos pacientes quieren además “intervenciones breves y puntuales, para el manejo de una situación en concreto, porque están hartos de acudir a revisiones médicas”, subraya la psicooncóloga. Un aspecto que, añadido al hecho de que el paciente puede sufrir una recaída durante el tratamiento que obligue a replantear la planificación de la terapia, provoca que la duración del tratamiento de estos pacientes sea muy variable.
En cuanto a los temas a tratar durante la intervención, Marta de la Fuente también señala que depende mucho del paciente, si bien destaca que algunos de los temas que más les preocupan son “los cambios físicos y la desfiguración, la muerte, las molestias y el dolor, las bajas y la reincorporación laboral, el sufrimiento de sus seres queridos, la sensación de no estar a la altura o de no ser lo suficientemente fuerte para afrontar la enfermedad y, sobre todo, el manejo de sensaciones”. Una serie de problemas que son tratados por el psicooncólogo a nivel físico, emocional y comportamental a lo largo de toda la intervención psicológica.
Solo hay una cosa común a todos los casos y es, destaca esta especialista, que “todo paciente oncológico se puede beneficiar de una intervención psicológica, aunque sea a nivel de asesoramiento”. Y no solo al inicio de la enfermedad, sino también una vez superado el cáncer. “A veces, no da la cara ninguna afectación emocional durante el proceso y esta aparece en el momento en el que el paciente recupera “la normalidad”, o se reincorpora al trabajo y es entonces consciente de todo lo que ha sucedido”, afirma esta especialista, que recomienda el tratamiento psicológico del cáncer en cualquier fase de la enfermedad, desde el diagnóstico hasta la fase final de superviviente de cáncer.