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El diagnóstico de una neoplasia implica el cambio de ciertos hábitos por parte del paciente oncológico. Algunos de los más reseñables son aquellos que afectan a la alimentación. Consumir determinados productos en lugar de otros puede contribuir a mejorar la sintomatología de los pacientes,  y en otras muchas ocasiones a disminuir los cuadros de desnutrición que presentan como consecuencia de su enfermedad. Con el fin de aclarar todas las dudas que puedan surgir en los pacientes oncológicos respecto a su alimentación, hablamos con Pedro J. Robledo, Nutricionista de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética de MD Anderson Cancer Center Madrid – Hospiten.

¿Cuál es la prevalencia de la desnutrición en pacientes con cáncer?

En el momento del diagnóstico, la prevalencia se sitúa entre el 20% y el 40%, mientras que en fases avanzadas de la enfermedad puede llegar hasta el 70% u 80%.

¿Varía el riesgo y la incidencia de la desnutrición en función del origen del tumor?

Los estudios nos muestran cifras muy dispares al diagnóstico de la incidencia de la desnutrición según órgano y área afectada del tumor. Por ejemplo, las incidencias más bajas se presentan en tumores de piel, mama y algunos linfomas en estadios poco avanzados y no metastásicos.  Mientras, las más altas las encontramos en tumores gástricos, pancreáticos o de colon, entre el 83-85%. Otros tumores con gran incidencia de desnutrición son los de pulmón y ovario, con tasas más bajas –de alrededor del 40%- al inicio diagnóstico.

¿Tiene un paciente oncológico desnutrido mayor riesgo de complicaciones?

Como hemos indicado antes, el tipo de tumor y su estadio determinan parcialmente el grado de desnutrición, pero existen otros factores que intervienen en el mismo y que pueden ser de tipo metabólico y/o mecánico. Otros factores como la edad del paciente o patologías previas, también interfieren en la respuesta  al tratamiento.

¿La desnutrición afecta a los nutrientes?

El proceso de desnutrición generado por el tumor puede producir alteraciones mecánicas y biológicas que, en este último caso generan desajustes metabólicos, ya sea por exceso o por defecto. Por ejemplo, el metabolismo de los hidratos de carbono se ve alterado por un incremento de la neoglucogénesis y un incremento de lactato en los lípidos; también se produce aumento de la lipolísis y un aumento de la oxidación entre en las proteínas. Estos procesos generan una notable disminución de la masa corporal y pérdida musculoesquelética. Ante esta situación, resulta necesario un soporte nutricional.

¿En qué consiste el soporte nutricional en el paciente oncológico? ¿Cuál debe ser la estrategia a seguir en este ámbito?

El soporte nutricional tiene como objetivo prevenir el fallecimiento prematuro generado por desnutrición y la alteración de la inmunidad que ocasiona, favoreciendo una mejor calidad de vida. Un segundo objetivo sería mejorar la tolerancia y respuesta al tratamiento y reducir las complicaciones de la terapia. Para todo esto es necesario conocer cuál es la situación nutricional del paciente desde el diagnóstico. Ante todo, la estrategia debe estar encaminada a prevenir la desnutrición de manera precoz. Por eso es tan importante una valoración nutricional previa del paciente.

¿Qué complicaciones del cáncer o su tratamiento deben ser tratados con modificaciones de la dieta?

La modificación de la dieta ha de producirse en situaciones relacionadas con la localización y el tipo de tumor. En este último caso hablamos principalmente de los tumores digestivos, de esófago y de cabeza y cuello. Así, la modificación se producirá en tres principales supuestos: en situaciones relacionadas con el efecto general del tumor (disfagia, ageusia, cuadro pseudoclusivo); en las relacionadas con los efectos del tratamiento (diarrea, mucositis, náuseas y vómitos); y en aquellas que obliga el tratamiento por aumento de toxicidad -principalmente por la quimioterapia- o por la eliminación de componentes fibra, estimuladores de secreción ácida, inhibidores de absorción o estimulantes del crecimiento celulares.

¿Cuál es la diferencia entre la nutrición de tipo parental y la enteral?

La diferencia más notable es la vía de acceso. Mientras que en la enteral se administran nutrientes de forma natural o sintetizada al tubo digestivo por vía oral o bien mediante una sonda, en la nutrición parenteral el acceso es directamente al torrente sanguíneo. Esto obliga a administrar los nutrientes en un formato químico puro, lo que implica una alimentación mas directa y eficaz pero con mayor numero complicaciones.

¿Qué hábitos de alimentación resultan aconsejables para la prevención del cáncer? ¿Afecta el consumo de alcohol en el posterior desarrollo de patologías oncológicas?

No existe una dieta milagro que evite al 100 % la aparición de un cáncer. Sin embargo, ciertos hábitos de alimentación resultan aconsejables y útiles para la prevención de patologías oncológicas. Entre estos hábitos se encuentran el consumo regular de productos como frutas y verduras, fibra y pescado azul. También se sebe evitar el sobrepeso mediante una dieta equilibrada y la práctica de ejercicio físico.

Además, debe limitarse el consumo de alimentos procesados, azúcares simples y grasas saturadas. El alcohol debe moderarse, pues su consumo hace aumentar el riesgo de cáncer de boca, laringe, faringe, esófago, hígado o mama. Las dosis más aceptadas son aquellas que no superan las dos unidades diarias en hombres y una diaria en mujeres, teniendo en cuenta que una unidad equivale a 355 ml de cerveza o 150 ml de vino, por ejemplo. 

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